El hermano del presidente hondureño está siendo juzgado por delitos de narcotráfico en Nueva York. El jefe de Estado negó las acusaciones y dijo ser víctima de una campaña de descrédito por parte de los narcotraficantes que extraditó a los EE. UU.
Por Maibort Petit
@maibortpetit
El presidente de Honduras, Juan Orlando Hernández, recibió un millón de dólares de Joaquín «el Chapo» Guzmán, líder del cártel de Sinaloa, para su campaña de 2013 a la presidencia de la República. El dinero habría sido recibido personalmente por su hermano, el excongresista Juan Antonio Hernández Alvarado, sostuvo la fiscalía de los Estados Unidos.
Este miércoles se inició el juicio contra Juan Antonio Hernández Alvarado en la Corte del Distrito Sur de Nueva York. El jurado está conformado 6 hombres y 12 mujeres.
Los argumentos iniciales de la Fiscalía estuvieron a cargo del fiscal federal, Jason A. Richman quien describió a Hernández Alvarado como «narcotraficante violento, a gran escala» que había usado sus conexiones políticas para traficar toneladas de cocaína a los Estados Unidos.
«Este hombre —dijo señalando a «Tony» Hernández— distribuyó cocaína en esta comunidad y vendió esa droga para su propio beneficio, y se valió del poder del gobierno, del Congreso, de la policía para proteger su negocio de narcotráfico «.
Richman aseguró que «lo que es más importante que debían saber [el jurado] es que el acusado [Tony Hernández] estaba protegido por el actual presidente [Juan Orlando Hernández] y que recibió millones de dólares en sobornos de narcotraficantes como el Chapo Guzmán, quien personalmente entregó un millón de dólares al acusado [«Tony» Hernández] para ser usado para su campaña electoral».
A través de su cuenta Twitter, el presidente Juan Orlando Hernández rechazó la acusación y aseguró que es «100% falso, absurdo y ridículo» que recibiera dinero de narcotraficantes.
A través de su cuenta Twitter, el presidente Juan Orlando Hernández rechazó la acusación y aseguró que es «100% falso, absurdo y ridículo» que recibiera dinero de narcotraficantes.
El fiscal se afincó contra el acusado argumentando que «estaba protegido y tenía acceso a su hermano, el presidente en ejercicio de Honduras y con el ascenso de su hermano, el acusado había logrado obtener influencia y control en todas las ramas del gobierno».
El representante del gobierno insistió que «la red de cocaína de los acusados prosperó debido a sus conexiones políticas en Honduras», asegurando que Tony Hernández traficaba la droga en proporciones «épicas».
Richman afirmó que el acusado jugaba un rol clave en una «sofisticada organización patrocinada por el estado hondureño» que operaba bajo el cuidado de los agentes del gobierno, el ejército y la policía gracias al pago de sobornos.
Richman afirmó que el acusado jugaba un rol clave en una «sofisticada organización patrocinada por el estado hondureño» que operaba bajo el cuidado de los agentes del gobierno, el ejército y la policía gracias al pago de sobornos.
Comentó que el acusado se creía inmune a la justicia y por su poder y dinero actuaba de manera «arrogante», ordenó poner sus iniciales a los paquetes de cocaína.
El acusado traficaba toneladas de cocaína con la ayuda de una red de policías, militares y políticos gracias a una enorme red de corrupción que opera en ese país centroamericano.
«Tony» Hernández fue acusado por la fiscalía de pagar sobornos a altos funcionarios hondureños para traficar con tranquilidad varias toneladas de cocaína a los grandes mercados, contar con la seguridad para su cártel y obtener información privilegiada.
El fiscal sostuvo que el acusado contaba con la protección del gobierno presidido por su hermano para traficar cocaína desde Colombia que era ingresada a Honduras para luego ser movida a la frontera con Guatemala y cuyo destino final eran los Estados Unidos.
Hernández es acusado por el gobierno estadounidense de conspirar para importar toneladas de cocaína a los Estados Unidos, así como delitos relacionado con venta de armas y de mentir a agentes federales.
La defensa niega los cargos
Por su parte el defensor de Hernández, Omar Malone afirmó ante el jurado que el caso contra su cliente se basó en mentiras contadas a los fiscales por un grupo de narcotraficantes que planeaban venganza contra Hernández y su hermano, el presidente.
Argumentó que cuando Hernández decidió incursionar en la política su hermano, el hoy jefe de Estado, le dió un consejo «le advirtió que no hiciera porque los narcotraficantes que estaba deportando hacia los Estados Unidos lo tomarían como target para vengarse».
Malone sostuvo que de la acusación de la fiscalía no tenía sentido porque el presidente de Honduras, Juan Orlando Hernández sostenía reuniones con el embajador de Estados Unidos en Honduras, y recibía atenciones como otro jefe de Estado en EE. UU.
Inclusive, el abogado mencionó encuentros con la ex-embajadora estadounidense ante las Naciones Unidas, Nikki Haley. Cuando mencionó el nombre de la exfuncionaria, la fiscalía objetó y el juez Kevin Castel lo aceptó.
Habla la familia
El hermano del acusado, Amilcar Hernández negó todas las acusaciones y sostuvo que todo el caso presentado por la fiscalía con «Tony» Hernández carecía de pruebas, y por ello confiaban en que el jurado lo iba a declarar inocente.
Aseguró a su salida del juicio que las acusaciones del fiscal son «ridículas». Asimismo, advirtió que «Cuando habla de ese millón que recibió para la campaña, el fiscal no presentó pruebas, documentos ni evidencias».
La defensa niega los cargos
Por su parte el defensor de Hernández, Omar Malone afirmó ante el jurado que el caso contra su cliente se basó en mentiras contadas a los fiscales por un grupo de narcotraficantes que planeaban venganza contra Hernández y su hermano, el presidente.
Argumentó que cuando Hernández decidió incursionar en la política su hermano, el hoy jefe de Estado, le dió un consejo «le advirtió que no hiciera porque los narcotraficantes que estaba deportando hacia los Estados Unidos lo tomarían como target para vengarse».
Malone sostuvo que de la acusación de la fiscalía no tenía sentido porque el presidente de Honduras, Juan Orlando Hernández sostenía reuniones con el embajador de Estados Unidos en Honduras, y recibía atenciones como otro jefe de Estado en EE. UU.
Inclusive, el abogado mencionó encuentros con la ex-embajadora estadounidense ante las Naciones Unidas, Nikki Haley. Cuando mencionó el nombre de la exfuncionaria, la fiscalía objetó y el juez Kevin Castel lo aceptó.
Habla la familia
El hermano del acusado, Amilcar Hernández negó todas las acusaciones y sostuvo que todo el caso presentado por la fiscalía con «Tony» Hernández carecía de pruebas, y por ello confiaban en que el jurado lo iba a declarar inocente.
Aseguró a su salida del juicio que las acusaciones del fiscal son «ridículas». Asimismo, advirtió que «Cuando habla de ese millón que recibió para la campaña, el fiscal no presentó pruebas, documentos ni evidencias».
«Tony» Hernández fue arrestado en noviembre de 2018 en Miami. Luego de ser traslado a Nueva York y declararse no culpable de los cargos, la Corte federal de Manhattan programó el inicio del juicio para el 2 de octubre de 2019.
El ex-político hondureño enfrenta una pena de cadena perpetua.