Por Maibort Petit
@maibortpetit
El segundo día del testimonio del ex narcotraficante colombiano, Juan Carlos Ramírez Abadía, alias “Chupeta”, previsto para el lunes 3 de diciembre, ha generado grandes expectativas entre los que realizan la cobertura del juicio de Joaquín Guzmán Loera que tiene lugar en la Corte del Distrito Este de Nueva York. En su primera aparición ante el jurado fue sorprende. El jurado quedó atónito ante la presencia del hombre que se cambió por completo los rasgos de su cara para no ser advertido por las autoridades de Brasil y Colombia, y quien usó pasaportes falsos con diversas identidades y cédulas de identidad venezolanas (documentos emitidos por el gobierno de Hugo Chávez) para iniciar una “nueva vida” en Sao Paolo desde donde manejó su imperio de drogas y de violencia.
“Chupeta” llegó el jueves 29 de noviembre al tribunal ataviado de una gruesa chaqueta de invierno negra, guantes de lana y unos jeans. De verbo directo, y sin tapizas de ninguna naturaleza, el hombre de 55 años dijo ante el jurado que reconocía a Guzmán, a quien identificó frente al jurado, y admitió que trabajó en asociación con el Chapo por unos 18 años, y que el acusado le había prestado uno de los servicios más rápidos para el traslado de la droga desde México a Estados Unidos de una manera rápida y segura, lo que lo diferencio de los otros traficantes mexicanos.
Cuando el juez de la causa, Brian Cogan anunció al testigo de la fiscalía, Ramírez Abadía dijo que tenía ciertos problemas médicos y que necesitaban hacer unos arreglos en la sala para lo cual sacó al jurado unos cinco minutos. Cuando “Chupeta” entró se escuchó un silencio sepulcral y se notó un cierto espanto en las caras de los presentes. Guzmán se quedó mirándolo acucioso y sin que probablemente pudiera reconocer su aspecto, puesto que el narco colombiano se hizo cirugías en el rostro que cambiaron por completo su apariencia y no sólo eso. Las fotos que se dieron a conocer tras su captura el 9 de agosto de 2007, no tienen similitud con el rostro mostrado en noviembre de 2018, que refleja un cambio radical en las facciones, en los pómulos y en los ojos del sentenciado y otrora poderoso capo de la droga.
Ramírez Abadía dijo que su Cartel del Valle del Norte traficó unos 400,000 kilos de cocaína hacia los Estados Unidos durante sus dos décadas con la organización. Y aseguró que el cartel mexicano que lideraba Guzmán fue el que más contrabandeó su cocaína a Estados Unidos.
En las primeras dos horas y media de testimonio Ramírez Abadía contó los pormenores de los negocios de droga hechos desde 1988 hasta su captura en 2007. Una larga historia de criminalidad que sacó a flote la estrategia usada por los carteles para escabullirse de las autoridades antinarcóticos y lograr con éxito mover miles de toneladas de cocaína desde Colombia a México y desde allí a Estados Unidos a través de la extensa frontera entre los dos países. También reveló los procesos de producción, los secretos para lograr una cocaína de óptima calidad que se distinguiera entre los adictos al producto en Los Angeles, Nueva York, Chicago, Miami y otras urbes cuyos habitantes se deleitan por el consumo de la variedad de productos alucinógenos que con tanto profesionalismo producen las organizaciones criminales suramericanas y mexicanas.
Antes del testimonio de “Chupeta” habían estado en el estrado dos oficiales de la marina norteamericana y el agente de la DEA, Scott Schoonover quienes había participaron (en diversos roles) en varias incautaciones de cocaína ocurrida en embarcaciones en el océano pacifico.
Uno de los momentos claves de la audiencia fue cuando Schoonover sacó una bolsa pesada contenida de kilos de cocaína que sonó cuando golpeaba la mesa de la fiscalía. La droga formaba parte de una operación de incautación de las autoridades de Estados Unidos.
El crimen y la corrupción en el cartel de Ramírez, como el de Guzman, también involucraron el asesinato. Ramírez admitió haber ordenado el asesinato de unas 150 personas, incluidos los estadounidenses, y dijo que él personalmente disparó y mató a alguien.
Ramírez está detenido en los Estados Unidos por cargos de narcotráfico. Como parte de su acuerdo de extradición con Brasil, donde fue capturado por primera vez, no deberá cumplir más de 30 años de prisión. Sólo podrá librarse de 5 años si los fiscales quedan satisfechos luego de su testificación.
Este lunes Ramírez Abadía seguirá con sus revelaciones y se espera que las mismas incluyan el reconocimiento de la cocaína que el agente Schoonover puso a ante los ojos del jurado, la cual tiene la marca Xtra, que en un principio no fue nombrada por el testigo, aunque este dijo que eran tantas las marcas que le ponía a su cocaína para evitar que el cartel Del Valle del Norte fuera identificado en caso de incautaciones, que no se podría acordar de todas.