La vulnerabilidad del sistema electrónico de votación posibilita el fraude electoral, requiriéndose castigar a quien incurra en estos ilícitos.
De acuerdo al experto matemático y especialista en materia electoral, Iñaki Gainzarain, es necesario implementar leyes que castiguen severamente el fraude electoral en Venezuela.
Esta recomendación la formula en razón de que, hasta la fecha, pese a que se han demostrado las irregularidades cometidas con el sistema de votación automatizado que se implementa en Venezuela desde hace más de dos décadas, no hay manera de revertir el daño ocasionado.
Cree que es insólito que existan leyes que sancionan los ilícitos en el mundo de las finanzas y las apuestas, por ejemplo, pero no así con el delito electoral cometido por vía electrónica.
Esto es sumamente importante, subraya Gainzarain, toda vez que el fraude electoral es un delito que vulnera uno de los derechos políticos más importantes, que es el de elegir y ser elegido mediante elecciones auténticas.
En tal sentido, Iñaki Gainzarain refiere que los estudios forenses tienen que integrarse a las herramientas implementadas para llevar a cabo elecciones auténticas, transparentes y creíbles.
Referendo 2204: claro ejemplo de fraude electoral en Venezuela
Gainzarain hace referencia a las irregularidades cometidas en el referendo revocatorio presidencial que se llevó a cabo en 2004, como un claro ejemplo de fraude electoral en Venezuela.
Subraya que esta consulta sobre la permanencia o no de Hugo Chávez en el poder, fue un evento que, a su juicio, marcó un “antes y después” en lo atinente al uso de dispositivos electrónicos intimidatorios en procesos electorales en el país. Recuerda que a este referendo lo antecedió el montaje de un sistema de misiones sociales que recreaba la experiencia de la dictadura cubana y que fue fortalecido por un poderoso aparato de propaganda política. Así se vendió a la población la idea de que el sistema automatizado de votación garantizaba los principios de “una persona un voto”, “el acercamiento del Poder Electoral a la gente”, al tiempo que se consolidaba el “sistema electoral más transparente y rápido del mundo».
Sistema amañado
Destaca Iñaki Gainzarain que entre en los años 2004 y 2005 se realizaron seis estudios a cargo de especialistas en estadística, computación y transmisión de datos. Estas investigaciones demostraron que los resultados oficiales entregados por el Consejo Nacional Electoral (CNE) no se correspondieron con la voluntad popular manifestada en los comicios, toda vez que fueron manipulados.
Se trató de estudios publicados por las revistas “Statistical Science” e “International Statistical Review”, caracterizadas porque sus sistemas de evaluación establecen severos filtros de validación.
Entre las conclusiones y hallazgos de los análisis a destacan:
- los resultados oficiales reportados por las máquinas de votación fueron anómalos, siendo cero la probabilidad de ocurrencia casual de dichas anomalías virtualmente;
- las anomalías encontradas perjudicaron solamente a una de las partes;
- uno de los estudios determinó el modelo matemático usado para establecer estos resultados anómalos.
Gainzarain alerta de que a partir de 2004 los procesos electorales llevados a cabo en Venezuela presentan serios problemas.
Considera que el sistema electoral venezolano se ha consolidado desde la realización del referendo revocatorio presidencial 2004, como una plataforma tecnológica intimidatoria, ventajista y poco transparente.
Las pruebas del fraude electoral
El experto se remite en específico a un estudio denominado “Un enfoque estadístico para evaluar los resultados del referéndum: el referéndum revocatorio de Venezuela de 2004”, que llevaron a cabo en dicho año María M. Febres Cordero y Bernardo Márquez y que se publicó en diciembre 2006 en la revista International Statistical Review (ISI).
Explica que el citado estudio evaluó estadísticamente el comportamiento electoral en las parroquias que conforman Venezuela. Se analizaron los centros electorales de cada una de esas parroquias, para lo que se revisaron las actas de votación para establecer en cuáles había un comportamiento estadístico coherente y en cuáles no.
Se analizaron los 397 municipios de Venezuela, sus 1.228 parroquias, 8335 centros de votación y 23 681 mesas electorales.
Febres y Márquez determinaron que había un patrón de votación irregular en un rango 5450 y 6050 actas irregulares. Precisaron que entre 23 % y 25,5 % del total de actas de votación de las mesas y los votos correspondientes a esta irregularidad, están en el orden de 2 500 000 votos.
En tal sentido, concluyeron con el análisis que el estimado de porcentaje obtenido por la opción “Sí” en el referendo, utilizando la población no sesgada como representativa de la población era de 56,4 %, un porcentaje muy superior al 41 % publicado por el CNE.
En el estudio no se encontró incoherencia entre los resultados de la mesa y el centro de votación al que pertenecían dichas mesas, sino entre los resultados de los centros de votación y la parroquia a la que estaban adscritos.
De modo que en el caso del referendo revocatorio presidencial 2004, los investigadores a emitir la hipótesis de trabajo de que se afectaron centros de votación íntegramente.
Concluyó Iñaki Gainzarain con la advertencia de que se trata de un estudio que establece que estadísticamente no hubo un patrón valido que respaldara los resultados emitidos por el CNE. Tales manipulaciones se llevan a cabo de manera electrónica, siendo sumamente difícil de probar.