Referendo 2004 marcó la pauta del fraude electoral en Venezuela (II)

Múltiples estudios publicados en revistas científicas comprueban cómo el fraude electoral en Venezuela se estableció como pauta de los distintos comicios realizados a partir de la consulta revocatoria.

Múltiples estudios publicados en revistas científicas comprueban cómo el fraude electoral en Venezuela se estableció como pauta de los distintos comicios realizados a partir de la consulta revocatoria.

Al igual que otros estudiosos, Guillermo Salas refiere que el referendo revocatorio presidencial de 2004 marcó la pauta en materia de fraude electoral en Venezuela. Desde entonces, los procesos comiciales venezolanos han estado plagados de irregularidades que ponen en entredicho los resultados informados por el Consejo Nacional Electoral (CNE).

Salas, quien es fundador de Esdata, un grupo de académicos y científicos que estudia a través de la matemática estadística la veracidad de los resultados electorales, se remite al informe “Referéndum revocatorio presidencial venezolano de 2004: discrepancias entre dos encuestas a boca de urna y los resultados oficiales”, suscrito por Raquel Prado y Bruno Sansó para Statistical Science, revista publicada por el Instituto de Estadística Matemática.

Salas subraya que este informe da cuenta de que, en los resultados oficiales emitidos por el CNE, señalaron que el porcentaje de votos para revocarle el mandato a Hugo Chávez, fue del 40,6 % y el porcentaje para que siguiera gobernando se estableció en 59,1 %.

Ahora bien, de acuerdo a la encuesta que hizo la ONG Súmate, el porcentaje de votos “Sí” fue el 60,7 %, mientras la encuesta realizada por el partido Primero Justicia, el porcentaje de votos “Sí” fue el 60,5 %.

Los investigadores reconstruyeron cada centro electoral donde se formularon las encuestas y se estableció un intervalo de confianza del 99 %. Tal nivel significa que, si los resultados de las máquinas fueron los verdaderos y los resultados de las encuestas no fueron adulterados, la probabilidad de que el resultado de la encuesta quede dentro de este rango de confianza era el 99 %. La probabilidad de que quedara por afuera era solo del 1 %.

Guillermo Salas explica que el estudio reflejó discrepancias que en la región capital del país fueron de 54 %, en Aragua del 66 %, en Carabobo del 58 %, en Lara del 60 %, en Monagas del 53 %, en Sucre del 67 %, en Vargas del 57 %.

Es decir, estas discrepancias fueron sistemáticas en todo el territorio de Venezuela.

La conclusión de Raquel Prado y Bruno Sansó fue que, o las máquinas de votación alteraron los resultados o Súmate y Primero Justicia adulteraron los resultados de sus encuestas. Es decir, una de las partes mintió, solo resta determinar quién.

Ley de Benford comprueba el fraude electoral

Seguidamente, Guillermo Salas cita un artículo titulado “Detección rápida de anomalías mediante la Ley Newcomb-Benford, con aplicaciones a datos de procesos electorales de EE.UU., Puerto Rico y Venezuela”, cuyos autores son Luis Pericchi y David Torres.

Hubo discrepancias sistemáticas en los resultados electorales en toda Venezuela

Primeramente, define que la Ley de Benford o ley del primer dígito señala que, en la gran variedad de conjuntos de datos numéricos existentes en la vida real, la primera cifra es 1 con mucha más frecuencia que el resto de los números. En la medida en que este primer dígito crece, es menos probable que se encuentre en la primera posición. Igualmente, la ley también asegura cierta frecuencia para los dígitos que siguen.

Se remite, entonces, a los resultados del referéndum revocatorio presidencial de 2004, cuyo problema radica en que los números de votos para la opción del “No” que reportaron las máquinas de votación ignoraron la a la citada Ley de Benford.

“Es como si a estos números se les hubiese olvidado cumplir esta ley. Basta con observar las elecciones reales y podemos ver que todas ellas cumplen la Ley de Benford y por eso es un resultado del referendo se señala como anómalo”.

Salas precisa que esta situación fue reportada casi tres semanas después del referendo en dos artículos, uno de ellos de la Universidad Simón Bolívar (USB). Entretanto, en 2007, la revista científica “The European Journal of Physics” se hizo eco de estos trabajos en un artículo titulado “¿Cómo comienzan los números? (La ley del primer dígito)”, que sirvió para explicar la Ley de Benford. Hasta ese momento, una ley casi desconocida.

Cuatro profesores españoles —J. Torres, S. Fernández, A. Gamero y A. Sola— advirtieron que dicha Ley de Benford es útil para reportar fraudes electorales o, al menos, para detectar anomalías en la votación.

“Algunos estudios basados en la Ley de Benford han demostrado algunas anomalías en los resultados de las votaciones de las controversiales elecciones de Estados Unidos, concretamente en el estado de Florida, o en el referéndum presidencial de Venezuela de 2004”, advirtió el artículo.

Indicó Salas que los resultados anunciados por el CNE no cumplieron con la referida Ley de Benford, toda vez que los votos “No” reportados por las máquinas de votación están muy lejos de las pautas establecidas por dicha ley y, por eso, se consideran números de votos anómalos. Una prueba más de la comisión de fraude electoral en Venezuela.

Explica que esta es una anomalía equiparable al hecho de que se lancen 100 monedas y todas caigan cara. Se trata, pues, de una situación a todas luces inaceptable, un hecho que es suficiente motivo para rechazar la veracidad de los resultados que dieron las máquinas de votación.

Recuerda que en ese proceso electoral había centros electorales computarizados y centros electorales manuales, ocurrió que en estos últimos que la Ley de Benford se cumplió perfectamente. 

Vea también: Fraude electoral en Venezuela: un delito que debe castigarse severamente (I)

Traslado de votos

Seguidamente, Guillermo Salas hace referencia a un estudio denominado “Análisis del referéndum de Venezuela de 2004: los resultados oficiales versus las firmas de la petición”, desarrollado por él y por Gustavo Delfino. Allí se estudió la relación que se produjo en los centros computarizados de votación entre los números de firmantes de la solicitud del referéndum y los números de votos “Sí” para revocar el mandato al presidente de la república.

Precisó que el número de firmantes por centro de votación se obtuvo al cruzar el listado de quienes firmaron para solicitar el referéndum —data oficial y pública— con el registro de electores.  Luego de que el CNE publicara los resultados de las máquinas de votación, se pudo analizar la relación por centro de votación entre los números de votos “Sí” y los números de firmantes del petitorio. Se trata de dos variables naturalmente asociadas.

Luego de 10 meses de estudio, a partir de un análisis del informe del Centro Carter sobre el referendo, Salas y Delfino se percataron de que en lugar de haber programado las máquinas limitando maliciosamente el porcentaje de votos “Sí”, en realidad habían traspuesto los propios votos “Sí”.

“Lo que llevábamos casi un año buscando, estaba escrito de forma explícita en el informe del Centro Carter: para hacer creer que los números de votos “Sí” que habían dado las máquinas eran los verdaderos, se valieron de una singularidad esencial”, una ruptura de comportamiento.

El fraude electoral consistió, sencillamente, en restar 1 300 000 votos al “Sí” y pasarlos a los votos “No”, una diferencia de 2 600 000 votos.

El fraude electoral en Venezuela se ha perfeccionado

Desde la realización del referendo revocatorio presidencial el fraude electoral en Venezuela es un mecanismo que se ha venido perfeccionando e innovando. Así lo aseguran Guillermo Salas, quien refiere que desde aquella consulta el fraude evolucionó de una manera extraordinaria con respecto a lo que hicieron en 2004.

“Yo creo que todo mago, va evolucionando en sus trucos, porque un fraude en el fondo no es otra cosa sino un truco de magia”, advierte Salas. No se trata de afirmaciones alegres o incongruentes, sino de una realidad demostrable.

Forman parte del mecanismo del fraude electoral en Venezuela, la ingeniería de reubicaciones, de creación de nuevos centros electorales, de traslado de personas de un centro electoral a otro.

Salas subraya que los descubrimientos revelados en los diferentes estudios científicos llevados a cabo por especialistas de diversa índole y origen, fueron informados debidamente a las autoridades de la Mesa de la Unidad (MUD). Además, medios de comunicación como El Nacional explicaron al público tales revelaciones.

“Parte del fraude gigantesco la encontramos en la selección de los miembros de mesa, la cual se hace en una computadora del CNE. Ese sorteo no fue aleatorio nunca y no creemos que ahora lo sea”, advierte Salas. Estima que e inaceptable que la dirigencia opositora acepte esta situación sin ninguna objeción.

“Hay que ser sinvergüenza para aceptarlo, sobre todo después que se lo un artículo de Javier Pereira demuestra la manera fraudulenta de esta escogencia. Es impresionante la desidia horrorosa que ha imperado para ponerle los correctivos a estos sistemas. Se han despreciado todos los esfuerzos que hemos hecho para se conozcan, porque la oposición venezolana ha legitimado el sistema electoral del chavismo”, deja sentado Guillermo Salas.

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