Demoledoras revelaciones de testigo: Chapo traficó drogas desde Ecuador por barcos y lanchas rápidas

Una explosiva sesión tuvo lugar este miércoles, cuando el testigo por la fiscalía, Jorge Milton Cifuentes Villa, ofreció detalles de sus actividades de narcotráfico con Joaquín Guzmán Loera a quien, aseguró, haber conocido en 2003.

Por Maibort Petit
@maibortpetit


En la jornada de este miércoles en el juicio que se le sigue a Joaquín Archivaldo Guzmán Loera, alias “El Chapo”, en la corte de Brooklyn por delitos de narcotráfico, se sentó en el estrado para rendir testimonio ante jurado el narcotraficante colombiano, Jorge Milton Cifuentes Villa, quien ante los presentes en el tribunal aseguró que conoció al acusado en 2003, una relación que se inició cuando el testigo de la fiscalía le pidió protección ante Ismael El Mayo Zambada por temor a ser eliminado por este, como habría hecho con otros de sus socios. Otra gran revelación ofrecida por este hombre fue que el acusado habría considerado usar los barcos de la estatal mexicana Pemex para traficar cocaína a México desde Ecuador. Cifuentes Villa sostuvo en la sala del tribunal que un funcionario de Pemex estuvo presente en las montañas cuando tuvo lugar una reunión sostenida en 2007 entre Joaquín Guzmán Loera y Dámaso López para organizar los envíos de drogas.

El primer encuentro del testigo con el Chapo, ocurrió según su narración, en el rancho del segundo ubicado en la sierra cercana a Culiacán, a donde llegó a un aeronave que debió aterrizar en una pista inclinada, situación esta que lo llevó —según confesó— a rezar tres padrenuestros ante el terror que sintió por tan singular y peligroso arribo. El Chapo estaba celebrando el segundo año de haberse fugado de la cárcel de Almoloya de enero de 2001.

Cifuentes Villa, ante la experiencia vivida, dijo que había considerado regalarle a Guzmán un helicóptero para que aterrizara “de forma civilizada”. Un obsequió que fue altamente valorado por Guzmán. “Se emocionó mucho, sus ojitos brillaban y dio las gracias”.

El regalo le costó a Jorge Cifuentes un millón de dólares y el acusado lo uso hasta que el piloto lo estrelló en un rancho de avestruces en Culiacán. “Era muy versátil y podía hacer un ciclo completo. Muy tranquilo y bueno para las montañas”.

Sobre su revelación acerca de Pemex, Cifuentes Villa aseguró que el Chapo Guzmán hizo todos los cálculos y prometió los arreglos pertinentes para que los petroleros recogieran el petróleo y la cocaína en Ecuador y la trasladaran a hasta el puerto de Lázaro Cárdenas en Michoacán. Además, identificó al ejecutivo de la petrolera mexicana que se prestó para ello como Alfonso Acosta. Al encuentro antes descrito le siguieron otras reuniones en las que se discutieron los detalles de la operación con el hijo de Chapo, Iván Archivaldo y con el hijo de El Mayo Zambada, Vicente.

El testigo del gobierno relató su relación con el acusado y refirió que las reuniones para concretar el acuerdo sobre los petroleros de Pemex ocurrió después de que otros métodos para enviar la cocaína, tales como barcos de pesca de atún y aviones de fibra de carbono indetectables a los radares, dejaron de estar disponibles.

Sin embargo, Jorge Milton Cifuentes Villa aclaró que este acuerdo no llegó a concretarse y el cartel de Sinaloa no utilizó los barcos tanqueros de Pemex para contrabandear cocaína. La ruta solo fue discutida y el plan nunca se puso en acción, dejó sentado el testigo, quien agregó esta ruta de narcotráfico solo fue un proyecto discutido en diversas reuniones sostenidas entre él, el Chapo Guzmán, Mayo Zambada, Dámaso López y otros personeros de Pemex con quienes Vicente, el hijo de Mayo Zambada tenía contacto.

Al no concretarse esta ruta de narcotráfico usando a Pemex, Joaquín Guzmán Loera se planteó otras posibilidades —continuó narrado Jorge Cifuentes Villa— quien indicó que entonces se consideró transportar la droga desde Ecuador a México en barcos de pesca de tiburones, por lo que el testigo precisó que procedió a comprar la cocaína a las FARC, algo de lo que el acusado tenía conocimiento.

Dijo, además, que su organización sobornó al ejército ecuatoriano para transportar drogas desde la frontera con Colombia a Quito y a Guayaquil, por lo que se pagó USD 100 por cada kilo, concretando así lo que calificó como un buen trato, sobre todo porque “los camiones del ejército no los registran y no hay peligro de perder la cocaína”.

Otra anécdota contada por Cifuentes Villa vivida frente al ejército ecuatoriano, fue la de que en una ocasión, mientras laboraba con el Chapo Guzmán, enviaron ocho toneladas de cocaína desde Ecuador a México, un cargamento que fue incautado en su totalidad por los militares. Esta situación complicó las relaciones con el acusado, quien venía desde hacía un tiempo cuestionándolo por la manera de realizar los envíos.

Ante la posibilidad planteada por Cifuentes Villa de usar los barcos de pesca atuneros para contrabandear la cocaína desde Colombia, el Chapo Guzmán puso sobre el tapeque la que estimó era una mejor alternativa, a saber, valerse de aviones pequeños fabricados con fibra de carbono. “No eran detectados por los radares, por lo que fueron buenos para el tráfico de cocaína”.

A bordo de estas aeronaves —explicó— era posible trasladar 400 kilos de droga y entonces se refirió al problema de usar estas naves, “no eran realmente aviones, se parecían más a cohetes” y requerían de pilotos altamente experimentados. Luego de este ensayo, especialmente después de que uno de estos aviones se estrellara, Jorge Cifuentes se dirigió al Chapo y le dijo “¿por qué no trabajar con aviones reales?”

Por otra parte, el testigo contó los detalles de una reunión con Mayo Zambada, quien le confesó que había matado al socio de Cifuentes Villa, Umberto Ojeda, alias “Roba Chivas” o “El ladrón de cabras”.

Ante el reclamo que Cifuentes le hizo al Mayo por haber asesinado a quien el primero consideraba un buen hombre, el acusado le contestó: “Si volviera a nacer de nuevo, lo mataría otra vez, pero no tengo ningún problema contigo”.

Jorge Cifuentes narró que el Mayo le manifestó en este encuentro su decisión de trabajar con él, a lo que el testigo le habría advertido que antes de trasladar la cocaína debía primero pedirle permiso al Chapo Guzmán, a lo que Zambada le manifestó: “no te preocupes, somos lo mismo”.

Cifuentes Villa dijo que conoció a Ismael El Mayo Zambada en el año 1988 y luego de que llevaban varias operaciones juntos, en una ocasión cuando luego recibir unos cargamentos de cocaína, iba en una camioneta con Zambada se toparon con una alcabala del ejército en la carretera, entonces El Mayo giró en 90 grados mientras los soldados les disparaban, por lo que el testigo procedió a esconderse debajo del asiento. Por este hecho, cuando Zambada contaba con humor la anécdota, calificaba a Cifuentes como un “cobarde”.

Entonces, Jorge Cifuentes Villa pasó a hacer referencia a la contabilidad y contó ante el jurado lo que reflejaban los asientos en los libros en los que detallaba los negocios entablados con el Chapo Guzmán.

Un hecho llamativo en la narración de Cifuentes Villa lo constituyó lo que contó cuando hizo referencia a la pérdida de droga por la incautación del ejército ecuatoriano referida líneas arriba. Jorge Cifuentes juró que dejaría de trabajar con el Chapo Guzmán y al ser requerida su respuesta ante la interrogante sobre a qué se dedicaría luego de haber sido narcotraficante toda su vida, dijo que se abocaría a una fundación benéfica. “Quería dedicarme a la fundación que creé con los indígenas en la Amazonía”. Se trataba de una iniciativa para reducir las emisiones de carbono y combatir el cambio climático.

Pero ante lo habría parecido un noble acto por parte del testigo, el fiscal le observó que tras este proyecto climático había algo más, lo que fue admitido por Cifuentes, quien reveló que pagó sobornos para obtener contratos sin licitación por un valor de entre USD 500 y USD 1.5 mil millones.

Otra revelación del testigo fue que Joaquín Guzmán habría fumado marihuana en una ocasión cuando él lo hacía. El acusado supuestamente le preguntó que sentía y cuando le ofreció una fumada el Chapo expresó: “Esto no hace nada por mí”.

Ante los presentes en la sala, Jorge Cifuentes Villa confesó haber ordenado tres asesinatos y que igualmente intentó cometer uno personalmente, un hecho ocurrido en 1984 cuando tenía 18 años y se encontraba preso en Colombia.

Sobre Jorge Milton Cifuentes Villa

Tanto Jorge Milton Cifuentes Villa como otras 70 personas y entidades, fueron catalogados el 22 de febrero de 2011 por la Oficina de Control de Activos Extranjeros (OFAC) del Departamento del Tesoro de los Estados Unidos, como traficantes de narcóticos especialmente designados (SDNT). Esto de acuerdo a lo establecido en la Ley de Designación de Kingpin de Narcóticos Extranjeros (Ley Kingpin), la cual prohíbe a las personas de los EE. UU. realizar transacciones financieras o comerciales con estas personas o entes, al tiempo que congela cualquier activo que los así designados puedan tener bajo la jurisdicción del país[1].

La decisión de la OFAC obedeció a que la organización comandada por Cifuentes Villa, también conocido como Elkin de Jesús López Salazar, operaba en seis países y se estaba procurando entonces evitar de obtener beneficios o de utilizar las entidades para lavar dinero de sus actividades de narcotráfico. Se coartaba así cualquier posibilidad de que se hiciera pasar por un hombre de negocios.

A su vez, el Departamento de Estado lo señala como el jefe de la Organización de Tráfico de Drogas de Cifuentes Villa, responsable de financiar y coordinar envíos de cocaína de varias toneladas a través de lanchas rápidas, barcos de pesca y aviones a los Estados Unidos a través de Ecuador y México. Esta entidad gubernamental indica que este hombre y su organización habría sido la fuente principal de suministro de cocaína del Cartel de Sinaloa[2].

Cifuentes Villa sería, supuestamente, el patrocinador de Vicente Castaño, excomandante de la Organización Designada de Terroristas Extranjeros Autodefensas Unidas de Colombia (AUC) y habría patrocinado envíos de armas con las AUC como un intercambio por la seguridad de sus actividades de narcotráfico.

Este hombre enfrentaba cargos por delitos de narcotráfico tanto en el Distrito Sur de Florida, como en el Distrito Sur de Nueva York.

Jorge Milton Cifuentes Villa, colombiano de nacimiento con ciudadanía mexicana, estaba al frente de una organización de narcotráfico con operaciones en Colombia, México, Ecuador, Panamá y España con vínculos estrechos con el Cartel de Sinaloa encabezado por Joaquín “El Chapo” Guzmán Loera. Ambos fueron acusados formalmente en noviembre de 2010 de cargos de tráfico de drogas y lavado de dinero por la Corte del Distrito Sur de Florida.

El desarrollo de sus actividades, Cifuentes Villa recibió apoyo de Alfredo Álvarez Zepeda (también conocido como Gabino Ontiveros Ríos), quien fungía como enlace de narcotráfico entre la organización Cifuentes Villa y el Chapo Guzmán. Otros socios criminales eran Jaime Alberto Roll Cifuentes, Winston Nicholls Eastman, David Gómez Ortiz y Shimon Yelinek, entre otros.

Cifuentes Villa era propietario o controlaba unas 15 empresas que operaban en Colombia, México y Ecuador, entre las cuales se contaban la Línea Aérea Pueblos Amazónicos SAS, la Red Mundial Inmobiliaria SA de CV, Gestores del Ecuador Gestorum SA.

Jorge Cifuentes fue arrestado en 2012 y en 2015 fue extraditado a Estados Unidos donde se declaró culpable y firmó un acuerdo de cooperación con la fiscalía.

Junto a sus ocho hermanos, Cifuentes Villa conformó un clan en Colombia para traficar drogas, entidad con la que se relacionó con las fuerzas paramilitares.

Jorge Cifuentes Villa volverá al estrado este jueves 13 de diciembre para continuar con su testimonio y para enfrentarse a la defensa del Chapo Guzmán.



[1] Department of Treasury. “Treasury Targets Cocaine Supplier for Sinaloa Cartel”. 23 de febrero de 2011. https://www.treasury.gov/press-center/press-releases/Pages/tg1077.aspx

[2] Department of States. Narcotics Rewards Program. https://www.state.gov/j/inl/narc/rewards/275718.htm

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