Cuba navega hacia el capitalismo mientras Chavez lucha por imponer el comunismo

Por Maibort Petit


El hambre del pueblo y la incapacidad de la revolución de generar respuestas satisfactorias a la crisis, obligaron a los dos dinosaurios comunistas de Cuba a aceptar e impulsar una serie de reformas, que sin duda alguna, llevarán a la isla a una apertura de su sistema económico, siguiendo los pasos de la antigua URSS y de la misma China.


Pocos se imaginaron que los hermanos Castros, los protagonistas del régimen político que enterró a Cuba en la miseria, podrían anunciar reformas económicas de corte meramente capitalista. Obligado por la crisis, Raúl Castro dio a conocer las 32 paginitas que incluyen la transformación del retrogrado modelo comunistas a una economía de apertura, que seguramente producirán el mejoramiento de las condiciones de vida de los cubanos que han sufrido el rigor del régimen autoritario de mas de 5 décadas.


Raúl anunció el contenido del Proyecto de lineamientos de la Política Económica y Social, que contiene 291 líneas de acción que cambiarán el rumbo de la empobrecida economía. Siguiendo la tradición, este plan debe ser aprobado por VI Congreso del partido Comunista Cubano en abril 2011.


Mientras Cuba trata de salvarse de la maldición comunista que les corroe el sistema, Hugo Chávez, el máximo admirador del castrismo, pretende romper todos los esquemas e imponer el Socialismo del Silgo XXI en Venezuela.


Es realmente lamentable ver a Chávez mendigando en Cuba las líneas de acción comunista para aplicarlas a como de lugar en un país que ha rechazado de manera reiterada la aplicación de modelo fracasado en todos los países donde se ha implantado.


Los Castros pretenden acabar con “el mar de la felicidad” que inspira a Chávez mediante la aplicación políticas macroeconómicas y planes de inversión en áreas agroindustrial, industrial y energética. Con este plan los dictadores de Cuba buscan apoderarse de los dólares, generar inversiones y permitir que las fuerzas del mercado posen sus ojos en un terreno destruido, pero virgen al fin al cabo, para el capitalismo “salvaje “de los Estados Unidos.


Cuba aspira a captar más billetes verdes a través del turismo, la industria de la construcción, transporte y, por supuesto, el comercio.


También los Castro andan buscando la reducción de la influencia del Estado en los servicios de salud y educación, la eliminación de la libreta de racionamiento que mata de hambre al pueblo cubano desde 1962. Reducir el tamaño del Estado y la influencia del mismo en las áreas que eran de su total incumbencia nos revela que definitivamente Cuba ahondará los cambios y se presentará ante el mundo como un país que busca inversiones, y que desea entrar en el competitivo mundo del mercado internacional.

Remendar el caos creado por la Revolución Comunista de los Castro costará mucho tiempo, esfuerzo y dinero. Internamente, el régimen también pretende eliminar la dualidad de la moneda, que tan terribles consecuencias ha traído para los cubanos.


Lo mas curioso de este cambio anunciado por la dictadura es que ambos dinosaurios pretenden incursionar en el capitalismo, vestirse de capitalistas, usar las reglas capitalistas, pero seguirse llamando Socialistas, mas por cuestión de honor que obviamente por reputación. Así el proyecto plantea mantener el modelo “principal” de empresa estatal socialista, pero estimulando lo que es productivo, y lo que produce mas dinero, que son las empresas privadas con fuerte inversión extranjera. Aclaran, que eso no es economía de mercado sino innovación, es decir, que no es lo mismo pero es igual.

El proyecto castrista de cambio sostiene que el Estado no va a subsidiar las perdidas de empresas estatales, que en las desastrosas economías comunistas, son innumerables. La revolución cubana amenaza que si las empresas del gobierno generan perdidas sostenidas serán liquidadas de inmediato. Tirando una perlas capitalista importante, el plan asegura que la competitividad de los empleados públicos será premiada con mas ingresos, si hay resultados hay dinero, de lo contrario, no se hace merecedor de bonos, sin importar que tenga tatuada la cara e Fidel en su piel.
Por ultimo el plan de acción, señala que “la política económica nueva es socialista”, aunque parece capitalista, y “corresponderá al principio que el socialismo es capaz de vencer todas las dificultades y preservar las conquistas de la Revolución”. Además, asegura que “la política económica es socialista y que equivale a igualdad de oportunidades” no del más apto, y no al igualitarismo. Dice el texto””El trabajo es un derecho y un deber, motivo de realización personal para cada ciudadano, y deberá ser remunerado conforme a su calidad y cantidad “. ( Quedó claro, es decir, es pero no es)


No será sino hasta el mes de abril, cuando se discuta el proyecto, en el congreso del único partido que existe en Cuba, delibere sobre el Proyecto de lineamientos que busca soluciones a la grave crisis económica que vive la isla, que enfrenta un enrome déficit en la balanza de pagos, las relaciones bancarias de transferencia al exterior y el elevado monto de vencimiento de deuda externa. Paralelamente el gran benefactor y que le ha dado subsidio a la dictadura de los Castros, Hugo Chávez Frías, también padece de los rigores de la crisis, al haber convertido al país petrolero en una colapsada economía, con altos niveles de desempleo, ausencia de inversión extranjera, escasez de productos de la cesta básica, destrucción del aparato productivo y ausencia absoluta de seguridad jurídica.


Mientras en Cuba el gobierno elimina 500 mil empleos y fomenta la industria privada, permitiéndole a los cubanos fundar pequeños negocios en 178 rubros, Hugo Chávez expropia y acosa a los inversionistas, creando terror en el mercado

Un amigo cubano del exilio, a esos que Fidel llama “gusanos” me comentaba: “ Venezuela, a pesar de su petróleo esta peor que la Cuba hambrienta, nosotros vamos navegando fuera del mar del al felicidad, buscando cercanía con el mundo, mientras que el régimen chavista, ignorando la triste realidad que genera el socialismo, se empeña en llevarle la contraria al progreso y a la evolución, y empuja el barco hacia el caos: Nacionalizando, acabando con la producción, con la competitividad y con el talento, para darle paso a los odios y a la ignorancia. Así es la historia, Cuba quiere sacudirse del socialismo y Venezuela pretende -bajo la podrida mente del alocado comandante- ser protagonista del fracaso y de debacle del comunismo como modelo económico.