En connivencia con la red VRIC y a sus seguidores regionales, el régimen venezolano busca responsabilizar a Estados Unidos de la pandemia.
Un informe elaborado en abril de 2020 por David Grantham del Centro para una Sociedad Libre y Segura (Center for a Secure Free Society, SFS), en el que advierte que los sectores público y privado de Estados Unidos, especialmente Texas, deben prepararse para campañas de desinformación que en medio de la pandemia del COVID-19 del régimen venezolano de Nicolás Maduro.
Grantham es investigador principal del SFS, experto en asuntos de seguridad nacional y asuntos internacionales que, actualmente, es Director de Inteligencia de la Oficina del Sheriff del Condado de Tarrant en Texas.
Llama a EE. UU. a prepararse para enfrentar las represalias de Maduro y sus aliados extrarregionales, a saber, Rusia, Irán y China, en medio de la tambaleante economía estadounidense y la población preocupada por el COVID-19.
Considera que esta campaña regional de desinformación, así como la estrategia de relaciones públicas de Venezuela en torno a COVID-19, plantea un gran problema porque, de ser exitosa, puede mejorar las percepciones de los actores antiamericanos en la región y disminuir la confianza en las empresas de Texas a largo plazo.
El informe, hace mención a las sanciones implementadas por la administración de Donald Trump contra el régimen de Maduro en las últimas semanas, cuando acusó a 15 funcionarios de dicho régimen por narcoterrorismo, a las cuales siguió una sólida operación antinarcóticos a lo largo de la costa caribeña de Venezuela, así como la propuesta del Departamento de Estado denominada “Marco de Transición Democrática” diseñada para resolver la crisis en Venezuela a través de una transición política para Nicolás Maduro, como el desencadenante de la respuesta del régimen venezolano.
Grantham alerta que, aunque la respuesta del régimen narcoterrorista fue la represión local en Venezuela contra figuras de oposición de nivel medio, es la campaña de desinformación vinculada al COVID-19 destinada a engañar a las poblaciones locales en las Américas, lo que puede crear la mayoría de los problemas para la seguridad nacional y los intereses económicos de Estados Unidos al sur de la frontera.
El porqué de la alerta
El experto en seguridad advierte que América Latina es clave para el bienestar económico de Texas y Estados Unidos.
México es el socio comercial número uno de Texas, al registrar USD 109 mil millones en comercio en 2018, mientras que América Latina representa USD 153 mil millones en comercio para dicha entidad de EE. UU., más que cualquier otra región del mundo.
Refiere que las cadenas de suministro terrestres que se extienden desde las partes más al sur de América Latina hasta las áreas del norte de los Estados Unidos son responsables del 80 por ciento al 85 por ciento de dicho comercio.
El régimen de Nicolás Maduro está consciente de ello y está dispuesto a convertir esta circunstancia en un arma a su favor.
David Grantham recuerda que las acusaciones de narcoterrorismo del Departamento de Justicia, formuladas el 26 de marzo por el fiscal general William Barr, revelaron que Maduro y altos funcionarios de su régimen desplegaron deliberadamente cocaína como arma para «devastar» comunidades estadounidenses, pero no mencionaron las conexiones “con el infame cartel de Sinaloa fuera de México”. Y es que, como afirma el reporte, dicho grupo controla pistas de aterrizaje en Machiques de Perijá y para ello cuenta con apoyo del ejército venezolano. El experto se sustenta en informes, que sostienen que el cartel de Sinaloa utiliza Machiques como un punto de tránsito para los envíos de cocaína que se dirigen a estados de EE. UU., como Texas. Estos informes citados por Grantham, indican que el pago por el uso de Venezuela como punto de tránsito se lava a través de cuentas bancarias rusas vinculadas a Tareck El Aissami, vinculado al grupo terrorista Hezbolá.
El informe de SFS también recuerda que Maduro coordinó la logística y ayudó a financiar a los organizadores de las caravanas de migrantes de América Central que amenazaron la seguridad fronteriza de Estados Unidos en 2018. El financiamiento se hizo a través de PDVSA.
Refiere que ahora., el régimen de Maduro se ha propuesto convertir el Covid-19 en un arma a su favor, al generar una campaña de desinformación dirigida a perjudicar a los Estados Unidos. Para ello, cuenta con el apoyo de VRIC, término utilizado para describir la red de amenazas transregional compuesta por Venezuela, Rusia, Irán y China, y cohortes regionales, como Cuba y Nicaragua. Estos países se han hecho eco de la afirmación china que responsabiliza a Estados Unidos del virus se originó con el brazo estadounidense y repiten la afirmación de Irán de que las sanciones estadounidenses impiden que sus países reciban suministros de COVID19.
Maduro al asecho
Partiendo de la definición de desinformación del Laboratorio Forense Digital del Atlantic Council que se refiere a esta como la difusión intencionada de información falsa con la intención de engañar o dañar, esta puede utilizarse como un arma. Para ello, ya no son necesarias costosas campañas, sino un conjunto de cuentas falsas en las redes sociales y trolls online.
El reporte indica que la atmósfera de especulación que gira en torno al COVID-19, permite que la información falsa se propague más rápido que el virus.
“El régimen de Maduro, y sus aliados extrarregionales, ya han comenzado a aprovechar esta oportunidad y él tiene tanta práctica en la desinformación como Estados Unidos es vulnerable a ella”, reza el informe de David Grantham.
El control de los medios como estrategia
El informe refiere que tal como hasta ahora, Hugo Chávez, entes, y ahora Nicolás Maduro, el régimen venezolano se ha valido del control y la censura a los medios de comunicación —la Comisión Nacional de Telecomunicaciones (CONATEL) y la legislación sirven para ello— para impedir que los ciudadanos de Venezuela tengan acceso confiable a los medios digitales.
La red VRIC y a sus seguidores regionales han contribuido a la permanencia del régimen en el tiempo. La enorme deuda externa de entre USD 100.000 y 120.000 millones, de los cuales un amplio porcentaje es con Rusia y China, hace que Maduro obedezca las órdenes de estos “repitiendo como un loro la propaganda de China de que Estados Unidos está manipulando el virus como un arma biológica”. Para ampliar esta campaña fuera de sus fronteras, el régimen venezolano utiliza los medios estatales de países aliados, como Cuba y Nicaragua, así como redes sociales no estatales para amplificar estas narrativas.
Advierte que, aunque la agresiva propaganda de Venezuela no ha impactado en la medida de lo deseado por el régimen, la desinformación se complementa con la diplomacia médica de China y Cuba, quienes junto a Venezuela quieren presentarse como la solución al Covid-19 y a los Estados Unidos como parte del problema.
Precisa el informe que el régimen de Maduro y la red VRIC en América Latina están usando influencia estratégica para mejorar la percepción de China y disminuir la confianza en los intereses y aliados estadounidenses.
Reportando un bajo número de casos, el régimen venezolano promociona un “brebaje natural” compuesto de plantas medicinales, diseñado por un «médico» del régimen para curar la enfermedad. También refuerza afirmaciones fraudulentas ofreciendo asistencia médica a través de China a los aliados regionales de Estados Unidos, como Colombia, como una manera de socavar la credibilidad estadounidense.
El informe subraya que el cartel de Sinaloa también utiliza la ruta de la cocaína desde Venezuela para manipular la opinión pública durante la pandemia, entregando suministros en lugares como Guadalajara dentro de cajas con la cara de Joaquín «El Chapo» Guzmán. Esto demuestra cómo el VRIC, los cárteles mexicanos y el régimen de Maduro fomentan relaciones que tienen un impacto decididamente negativo en el bienestar de Texas.
Agrega que las relaciones del régimen de Maduro con Texas, no se limitan a lo señalado, sino que también que, Vladimir Padrino López, su ministro de Defensa, ha construido con fondos públicos una red de empresas privadas y bienes raíces en los Estados Unidos.
Finalmente, el informe de David Grantham formula un llamado a diseñar y establecer una estrategia de contra propaganda que enfrente la campaña de desinformación de Maduro.
En este sentido, refiere que las instituciones estatales y las empresas privadas en Texas podrían considerar emplear una escala variable de reacción, que ayudará a las partes interesadas a decidirse por una respuesta personalizada a cualquier campaña de desinformación. Esto, en razón de que algunas campañas no justifican una respuesta, que de otro modo podría legitimarlas, mientras que otras si son efectivamente una amenaza para la seguridad y requieren una respuesta inmediata.
Otra medida sería una respuesta de contenido basada en estadísticas, políticas y relaciones con la comunidad.
Por último, cuando sea prudente, las instituciones a nivel nacional deberían compartir inteligencia y experiencia sobre campañas de desinformación.