El reciente informe de la Unidad Central Operativa (UCO) de la Guardia Civil ha revelado una trama que expone las relaciones turbias entre el Gobierno de Pedro Sánchez y el régimen de Nicolás Maduro. La investigación revela cómo el presidente español dio su aprobación para la visita clandestina de Delcy Rodríguez, la vicepresidenta del gobierno chavista, a España en enero de 2020. Este viaje, que fue facilitado por altos cargos del Gobierno español, desvela la colaboración encubierta de Sánchez con el régimen venezolano, a pesar de las sanciones internacionales impuestas a Rodríguez.
El informe, al que tuvo acceso el portal español El Debate, detalla una conversación entre el exministro de Fomento, José Luis Ábalos, y su asesor, Koldo García, en la que Ábalos le transmite que Sánchez no puso «pegas» a la visita de la líder chavista. Esta conversación, fechada el 16 de enero de 2020, confirma que el exministro coordinó la visita de Delcy Rodríguez con el beneplácito del presidente del Gobierno, pasando por alto las prohibiciones impuestas por la Unión Europea que impedían su entrada en territorio europeo debido a su papel en la represión del régimen venezolano.
El cabecilla de la trama, Víctor de Aldama, que actuaba como intermediario entre Ábalos y Rodríguez, jugó un papel clave en la organización de esta visita. Según la UCO, Aldama aprovechó su acceso a las más altas esferas del Ministerio de Transportes para facilitar la reunión, destacando la conexión directa entre España y Venezuela en una relación que parece haber sido alimentada por intereses económicos y políticos.
La visita, que finalmente fracasó tras una serie de incidentes, dejó al descubierto un malestar interno dentro del gobierno español. Los mensajes recuperados por la UCO muestran cómo Delcy Rodríguez preguntó por la situación de Ábalos tras el fallido encuentro, reflejando la incomodidad de Sánchez ante las repercusiones de la operación. Además, Aldama le explicó a Rodríguez la importancia de la distinción entre la reunión de Leopoldo López con Sánchez en Ferraz (como secretario general del PSOE) y no en Moncloa (como presidente del Gobierno), lo que revela un intento deliberado de manejar los aspectos públicos y privados de las relaciones diplomáticas y políticas con el régimen de Maduro.
Este informe confirma lo que muchos ya sospechaban: el Gobierno de Pedro Sánchez no solo mantuvo una relación cercana con el régimen de Maduro, sino que utilizó su poder para facilitar reuniones secretas con altos funcionarios chavistas. A pesar de las críticas internacionales y las sanciones impuestas al régimen venezolano, las evidencias demuestran que el presidente español actuó de manera encubierta para mantener lazos con el chavismo.
La corrupción en las alianzas entre el Gobierno de Sánchez y el régimen de Maduro no solo socava la imagen de España en la escena internacional, sino que también deja en evidencia la falta de transparencia y ética en las acciones del Ejecutivo español. Mientras Delcy Rodríguez sigue siendo una figura clave del régimen represor de Maduro, Sánchez parece haber facilitado su entrada en Europa con total impunidad, mostrando una peligrosa complicidad con una dictadura que ha sumido a Venezuela en una de las peores crisis de su historia.