La presencia del Tren de Aragua en Estados Unidos es un hecho y el Departamento de Policía de Aurora en Colorado confirmó recientemente que los sospechosos arrestados tras el tiroteo del 28 de julio en la calle Nome están relacionados con dicha banda criminal.
Se trata de un suceso que generó una creciente preocupación en la colectividad estadounidense, en razón de la expansión que las organizaciones criminales transnacionales experimentan en territorio de EE. UU.
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El incidente y los arrestos
El 29 de julio, la policía arrestó a Jhonnarty De Jesus Pacheco-Chirinos, de 24 años, bajo cargos de intento de asesinato. Jhonnarty es hermano de Jhonardy José Pacheco-Chirinos, alias “Cookie” o “Galleta”, quien también está bajo custodia de las autoridades. Ambos son miembros documentados del Tren de Aragua, una organización criminal conocida por su influencia en actividades ilícitas en América Latina.
Otros dos sospechosos arrestados por la policía de Aurora son los hermanos Dixon Azuaje Pérez, de 20 años, y Nixon Azuaje Pérez, de 19, también están vinculados a la pandilla y enfrentan cargos por alterar evidencia en el mismo incidente.
La expansión del Tren de Aragua
El Tren de Aragua, surgido inicialmente como una pandilla vinculada a operaciones mineras ilegales en Venezuela, ha ido extendiendo su alcance hacia otros países. Su implicación en el tiroteo de Aurora es un indicativo de cómo grupos criminales latinoamericanos están tejiendo redes en Estados Unidos.
Para alcanzar este cometido, estos grupos criminales se aprovechan de las rutas migratorias que la política de fronteras abiertas de la actual administración ofrece. Un hecho que, además, favorece el tráfico de personas. La detención de los Pacheco-Chirinos evidencia la capacidad del Tren de Aragua para penetrar en comunidades más allá de las fronteras de Venezuela.
Implicaciones de seguridad de EE. UU.
La presencia del Tren de Aragua en ciudades estadounidenses como Aurora implica un reto creciente para las autoridades locales y federales. Este grupo es conocido no solo por su violencia, sino también por su participación en casos de extorsión, secuestro y tráfico de drogas.
El arresto de miembros de alto perfil como Jhonnarty y Jhonardy Pacheco-Chirinos se traduce, según el comunicado de la fuerza policial, en el esfuerzo coordinado de diversas agencias para contener la influencia de estas organizaciones. No obstante, es un indicio preocupante de que el crimen organizado está ganando terreno en nuevas jurisdicciones.
Combate conjunto
El Departamento de Policía de Aurora, en conjunto con sus socios federales y estatales, reiteró su compromiso de combatir la criminalidad y desmantelar las redes pandilleras que amenazan la seguridad de la comunidad. “No se tolerará ninguna actividad delictiva, incluida la actividad de pandillas”, señalaron.
Aseguran que estos arrestos son un paso importante, pero el desafío es contener el flujo y la presencia de grupos como el Tren de Aragua en el país sigue siendo significativo.
El caso del tiroteo en Nome Street es un reflejo de cómo las pandillas transnacionales extienden su influencia más allá de las regiones tradicionalmente afectadas. El Tren de Aragua, en particular, demuestra una capacidad para adaptarse y aprovechar las tensiones sociales y políticas, incluyendo los flujos migratorios hacia Estados Unidos. La presencia de sus miembros en Aurora indica que las pandillas ven en ciudades medianas y grandes un terreno fértil para sus actividades.
¿Está la policía preparada?
La colaboración entre las fuerzas del orden locales y federales es clave para enfrentar este tipo de amenazas. Sin embargo, la pregunta sigue siendo: ¿hasta qué punto están preparadas las autoridades estadounidenses para combatir la expansión de grupos delictivos extranjeros?
Si bien la detención de miembros del Tren de Aragua en Estados Unidos es un avance, queda por ver si se podrán contener sus operaciones antes de que estos grupos fortalezcan su presencia en otros puntos del país. El tiroteo en Aurora no solo es un incidente aislado de violencia pandillera, sino un reflejo de un problema mucho más profundo: la internacionalización del crimen organizado y su impacto en la seguridad local.