Nuevo mapa político de EEUU impone diálogo y la negociación

Por Maibort Petit



Los estadounidenses se pronunciaron por un nuevo “cambio en la batalla electoral que tuvo lugar ayer, y dejaron claro su disgusto con el presidente Barack Obama, quien, con menos de 2 años en el poder, no ha logrado satisfacer las exigencias de un electorado que pide salidas mágicas a los graves problemas económicos que se han acumulado a lo largo de varias décadas.


El presidente Barack Obama aceptó la derrota, la cual calificó de “paliza” y se hizo responsable de la misma, asegurando que la lección de ayer le obliga a separarse de la oficina Oval y acercarse más al pueblo. Felicitó a los republicanos y les pidió trabajar juntos para recuperar la economía y los estándares de vida de los norteamericanos.


Pareciera que la magia de Obama se hubiese esfumado con la derrota. Es acusado de no transformar la economía y de no dar satisfacciones a sus electores en su corto tiempo de mandato. Los republicanos sacan enormes ganancias del desencanto popular y de la pasión con que actúa la gente descontenta.


En el 2008, los electores se volcaron a la urnas y votaron a favor de un “cambio” que, para aquella época, estuvo representado por Obama, quien tuvo una corta y exitosa carrera como senador y que se convirtió, de la noche a la mañana, en un líder mundial, con gran carisma y un innegable poder de seducción de las masas deseosas de mejorar su condición de vida y de lograr “el sueño americano”.


El líder afroamericano barrió a los Republicanos, y con ellos, la sombra de Georges W, Bush, quien estuvo 8 años en el poder, llevando a los Estados Unidos a la bancarrota. Bush fue acusado de gobernar para sus propios intereses, de beneficiar a sus empresas petroleras con la invasión a Irak, de mentir en torno a la posesión de armas nucleares por parte de Saddam Hussein, y de iniciar lo que muchos críticos calificaron como: “el socialismo a la norteamericana” tras entregarle a los poderosos del Wall Street, a los empresarios y a los banqueros una impresionante fortuna de más de 700 mil millones de dólares proveniente de dineros públicos, de los cuales no se ha tenido retorno, y cuyo uso fue absolutamente irresponsable por parte del club de amigos ricos del círculo de poder de Washington DC.

Durante la presidencia de Bush se produjeron los ataques terroristas por parte de Al Qaeda, lo que le sirvió al gobierno para emprender guerras internacionales, que terminaron por desbancar el presupuesto e incrementar la monumental deuda externa del país y, además de generar un déficit fiscal difícil de controlar.


Los demócratas en el 2008 señalaron a Bush como responsable de proteger a los empresarios del Wall Street y del sistema financiero, quienes fueron los que propiciaron el desbarajuste en el sistema de préstamos hipotecarios produjo el caos de la burbuja inmobiliaria. En el 2008, los electores castigaron a los republicanos por las terribles consecuencias que se produjeron en el mercado de bienes y raíces y por la banca rota de más de un 30 por ciento de la población.


La política exterior de Bush fue igualmente objeto de críticas puesto que durante su estancia en el poder, los Estados Unidos perdió liderazgo mundial y ganó enemigos, entre ellos, la renovada izquierda latinoamericana encabezada por el militar populista, Hugo Chávez Frías y sus aliados de Sur y Centro América.


Además del rechazo de muchos países y de líderes mundiales, Bush encabezó el descontento de las minorías residentes en los Estados Unidos, por considerar que durante su presidencia no se hizo un esfuerzo por resolver el problema migratorio, que es uno de los puntos clave a la hora de las elecciones. Los proyectos de legalización de los miles de inmigrantes ilegales permanecieron solo como promesas y engavetados en los archivos del Congreso y de las Oficinas de Washington.


Voto castigo para los republicanos


Los republicanos y su liderazgo desgastado de 2008 fueron objeto de castigo por los electores que premiaron a los demócratas y a Obama con sus votos, tras lo cual, el partido demócrata se convirtió en mayoría en el Cámara de Representantes y en el Senado. Obama protagonizó una campaña electoral que marcó un hito en la historia, no solo por sus discursos, y su carisma sino por los medios utilizados para la recaudación de fondos y la cautivación del voto popular y de la clase media.


El aspecto que más contribuyó a la derrota electoral de Obama es la crisis económica que se vive en los Estados Unidos, que pareciera no reaccionar positivamente con las medidas asumidas por la Casa Blanca, que a su vez han incrementado el déficit fiscal


En las promesas electorales, Obama lucía muchas veces “inocente”, pues pretendía desmontar el aparataje de los grandes monopolios capitalistas con leyes y discursos, especialmente, se puso como objetivo ( logrado a medias) cambiar el sistema de salud norteamericano, altamente criticado por los ciudadanos pero enormemente protegido por los capitales.


La salud en los Estados Unidos no representa un servicio sino uno de los negocios más rentables, que ha generado enormes fortunas para los empresarios del ramo, y se ha convertido en el mecanismo de fraude más exitoso para sacarle dinero al gobierno federal a través de clínicas fantasmas, sobrefacturación y un sin numero de mecanismo de corrupción. Los criminales de la salud forman parte de las grandes corporaciones, y en su mayoría no reciben castigo, sino por el contrario son premiados por los funcionarios públicos que prefieren asumirlos como socios y no como enemigos capaces de todo para evitar que el negocio sea trastocado por leyes que transformen la prestación de servicios de salud en una industria mucho mas equilibrada.


Obama se empeñó en pasar la Reforma de Salud y tocó con ello los intereses de los grandes capitales, que ahora trabajarán para reducir o eliminar por completo el impacto que sobre el multimillonario negocio tendrá la reforma que se ejecutará en los próximos 4 años. Luego de la aprobación de dicha reforma, los enemigos lo calificaron como socialista y de querer acabar con los principios capitalistas que se enarbolan en el país.


La administración Obama ha sido criticada por seguir la línea impuesta por George W Bush de aumentar la influencia y el tamaño del Estado, de incrementar el déficit fiscal y de utilizar recursos públicos en estímulos para la empresa privada y a los grandes capitales, que no han hecho sacrificio alguno para contribuir con el mejoramiento de la crisis económica. Los empresarios de Wall Streett se han beneficiado tanto del gobierno Republicano de Bush como del demócrata encabezado por Barack Obama. Con solo 18 meses en el poder y con la fuerte oposición de los grupos conservadores Obama luce débil en el proceso concretar algunas reformas que logren mejorar la golpeada economía norteamericana y de generar nuevos empleos para los empobrecidos habitantes de ese país.

Electores castigan a Obama


Los vaticinios no fallaron. Los electores norteamericanos, como muchas otras veces en el pasado, votaron para castigar al gobierno y por “cambio” prometido por los contrincantes. Los republicanos se alzaron con la mayoría de la Cámara y lograron un buen número de escaños en el Senado. Igualmente lograron conquistar las más importantes gobernaciones del país.


Los resultados del Súper martes revelan que los republicanos capitalizaron el descontento de la población, con un mensaje electoral ultraconservador que acusa a Obama y a los demócratas de fracasar estruendosamente en el manejo de la economía del país.


Para el grueso de los analistas, la campaña republicana basada en la descalcificación de Obama y no en ideas y planes reales para solventar la crisis, parece haber calado en los votantes asediados por el desempleo, la reducción de sus ingresos y la sensación de que el liderazgo mundial de Estados Unidos se ha perdido.


Son muy pocos los electores capaces de recordar el origen de la crisis, la mayoría prefiere responsabilizar a otro de sus problemas. Esa actitud fue bien usada por los conservadores, y a través de una multimillonaria y exitosa campaña, lograron conquistar la mayoría en el Parlamento y darle una “paliza” a Obama quien parece no reaccionar fieramente ante sus adversarios.


Algunos analistas recuerdan que el escenario que vive hoy el partido demócrata fue similar al que vivió Bill Clinton, quien fue castigado por los votantes en su primer periodo, cuando el partido demócrata perdió la mayoría en ambas Cámaras. La diferencia es que la economía de aquella época no estaba tan trastocada como lo está actualmente.


Republicanos ganan la Florida


Los últimos números dieron como ganador a Rick Scott en la gobernación de la Florida, con un margen de a penar un 1 por ciento por encima de la demócrata, Alex Sink. El muy criticado líder multimillonario, llegará a la Gobernación de uno de los estados que sufre una de las más largas y terribles crisis económicas de la historia, sin ninguna experiencia política y tras haber gastado 70 millones de dólares de su propio bolsillo para la costosa campana electoral.
El avance republicano en el estado no es nuevo, pues la Florida ha sido por mucho tiempo uno de los grandes bastiones del partido conservador.


Un aspecto importante que se presentó en estas elecciones es que muchos electores manifestaron votar por personas y no por partidos, aun sin conocer las plataformas que ellos tienen para gobernar. “La emergencia económica de la gente hace que busque soluciones mesiánicas en líderes que prometen sacarlos de la pobreza y volver al sueño americano”, aseguró el analista político Carlos Hernández en la Universidad Internacional de Florida.


Hernández adjudica la reacción del electorado a un toque emocional y a la crisis económica. “Los Norteamericanos no han entendido, o no desean entender, la naturaleza de la crisis económica y de sistema que vive no solamente su país, sino el sistema capitalista a nivel mundial. En su desconocimiento y sus deseos de salir de sus problemas, buscan soluciones mesiánicas en los políticos que les dicen los que sus oídos quieren escuchar, y los eligen como sus gobernantes, confiando que un hombre es capaz de poner fin a la recesión económica mundial. La crisis- dice el experto- no depende de un solo factor, o de un hombre, sino que es generada por muchos elementos, y es el resultado de muchos errores y abusos cometidos por las grandes corporaciones y por gobiernos que no acometieron programas preventivos en el momento que se requerían”.