Por Maibort Petit
@Maibort Petit
Un jurado de nueve mujeres y tres hombres emitió este viernes un veredicto de culpabilidad contra Juan Antonio «Tony» Hernández, ex-diputado hondureño y el hermano del presidente de la República de Honduras, Juan Orlando Hernández, acusado por el gobierno de Estados Unidos por delitos de tráfico de drogas, posesión de armas de fuego para operar sus negocios de narcotráfico y por haber mentido a las autoridades estadounidenses.
Juan Antonio ‘Tony’ Hernández escuchó el veredicto, que lo llevará a permanecer tras las rejas por décadas, sin mostrar grandes emociones. Cerró los ojos rápidamente, se acomodó su traje negro, luego le dió la mano a su abogado Michael Tein. De inmediato se volteó y miró a su madre que estaba sentada en la segunda banca de la sala, le sonrió y luego miró intensamente al juez Kevin Castel quien -desde lo alto -observaba al jurado y al resto de los presentes en la sala 11D del tribunal del bajo Manhattan.
Hernández será sentenciado el 17 de enero de 2020. Enfrenta una sentencia mínima obligatoria de 30 años de cárcel y una condena máxima de cadena perpetua.
Después de haber culminado la audiencia, un nutrido grupo de ciudadanos hondureños se apostaron a las afueras de la corte federal ubicada en el 500 Pearl Street de Nueva York. Estaban exaltados, portaban pancartas y gritaban que querían la extradición y enjuiciamiento del presidente de Honduras, Juan Orlando Hernández.
El abogado defensor de Hernández, Michael Tein dijo que aunque respetaban el juez y el veredicto del jurado, consideraba que el resultado del mismo no era consistente con los hechos. Ratificó que su cliente es inocente y que las evidencias no fueron contundentes. Anunció que luego de la sentencia seguirán la batalla legal con un recurso de apelación.
El otro defensor, Omar Malone, confirmó que el veredicto sería llevado apelación en nombre de Hernández y anunció que la batalla legal «continuaría».
El presidente de Honduras, Juan Orlando Hernández salió a relucir como co conspirador en este caso de narcotráfico. Los fiscales sostienen que Tony Hernández y el mandatario hondureño recibieron dinero del narcotráfico para ampliar su poder político y que convirtieron a Honduras en un Estado patrocinado por los carteles de la droga.
El presidente Hernández ha negado todos los señalamientos hechos en su contra señalando que es víctima de una venganza de los narcotraficantes hondureños a quienes su gobierno buscaba extraditar.
Los fiscales estadounidenses aclararon que ninguno de los cinco testigos cooperantes que testificaron en el juicio fueron extraditados por el mandatario, ya que tres de ellos se había entregado voluntariamente a la justicia y dos fueron extraditados por las autoridades de Guatemala.
Una vez se conoció el veredicto, el jefe de Estado hondureño colgó un tweet en su cuenta en el que asegura: «En nombre de mi familia, y personalmente, recibo con gran tristeza las noticias del fallo en Nueva York».
El mandatario rechazó «en nombre del Gobierno de Honduras y de sus instituciones se rechaza cualquier falsa e irresponsable versión que busca manchar el nombre de Honduras a raíz de este fallo».
Asimismo señaló: «¿Qué se puede decir sobre una condena basada en testimonios de asesinos confesos, y argumentos que varios de estos testigos no fueron extraditados por Honduras si Estados Unidos nunca los pidió en extradición?.
Hernández también dijo a través de su cuenta Twitter que respetaría el debido proceso en los tribunales de justicia de Estados Unidos. «Nadie puede estar por encima de la ley, caiga quien caiga» haciendo referencia al caso de su hermano Tony Hernández.
El mandatario dijo que el veredicto de su hermano no es un contra el Estado de Honduras y que es increíble la capacidad de los criminales que fueron a testificar en el juicio mintieran descaradamente. «En lugar de armas y proyectiles ahora intentan usar sus mentiras contra los que tomaron acciones en contra de los narcotraficantes».
El mandatario dijo que el veredicto de su hermano no es un contra el Estado de Honduras y que es increíble la capacidad de los criminales que fueron a testificar en el juicio mintieran descaradamente. «En lugar de armas y proyectiles ahora intentan usar sus mentiras contra los que tomaron acciones en contra de los narcotraficantes».
Los fiscales del gobierno norteamericano basaron el caso de Hernández en 5 evidencias duras y cinco testimonios de testigos cooperantes, entre los cuales se destacó el de narcotraficante Leonel David Rivera Maradiaga, ex líder del cártel de los Cachiros quien se entregó a las autoridades norteamericanas y colaboró con la DEA registrando reuniones en audio y video de los investigados, entre quienes se encontraba el convicto Tony Hernández.
La fiscalía sostuvo que Tony Hernández y sus asociados traficaron desde Honduras a los Estados Unidos más de 200 mil kilos de cocaína que fueron enviadas desde Colombia, vía Venezuela, hasta Honduras para luego pasarlas con ayuda de la policía y los militares hondureños a la frontera de Guatemala, de allí a México para luego ser introducida al territorio norteamericano.
La fiscalía sostuvo que Tony Hernández y su hermano presidente, junto a otros conspiradores voltearon el gobierno de Honduras contra el pueblo y lo utilizaron para el tráfico de drogas patrocinado por el Estado. Este argumento del fiscal Emil Bove durante el cierre del juicio generó que el gobierno de Honduras emitiera una nota una nota diplomática al gobierno estadounidense donde se quejó de que la Fiscalía neoyorquina se refiera a ese país centroamericano como un narcoestado.