@maibortpetit
Un testigo del gobierno que testificó que el cártel de Sinaloa pagó sobornos masivos a un alto funcionario de seguridad de México.
El juez ordenó a las artistas no dibujar la cara de Martínez alias ‘el Gordo’ quien goza de protección del gobierno estadounidense. El hombre apareció en la sala caminando, escoltado por los aguaciles y ante la mirada seria y distante del Chapo. Entre los amonestados en el día de hoy está la esposa del Chapo, Emma Coronel por usar un teléfono celular en la sala y, la defensa, porque el abogado Jeffrey Lichtman abandonó la audiencia, para -supuestamente- prepararse para el interrogatorio del ex hombre cercano al acusado.
La mano derecha de Joaquín el Chapo Guzmán y compadre, Miguel Ángel Martínez Martínez, alias ‘el Gordo’, testificó durante el sexto día del juicio del ex líder del cártel de Sinaloa, y en su amplia presentación describió los mecanismos más exitosos que empleó el acusado para pasar de dirigir un cártel que tenía entre 20 ó 25 personas en 1987, a más de 200 trabajadores en 1993. La sofisticada organización criminal opera como una gran corporación que está asociada a varios carteles colombianos que proveen la droga al grupo mexicano a cambio de un 55 por ciento de la ganancia.
Martínez Martínez dijo que en la primera etapa del cártel de Sinaloa, -que fue denominado así por la prensa y por el gobierno de Estados Unidos- Guzmán y sus aliados se asociaron con el cártel de Medellín, el cártel de Cali y el cártel del Norte Del Valle. El testigo de la fiscalía destacó que el Chapo y él se reunieron en varias oportunidades con Juan Carlos Ramírez, alias ‘Chupeta’ en Colombia y en México para tramitar envíos masivos de cocaína y marihuana desde territorio colombiano.
Entre otros narcotraficantes colombianos que sostuvieron reuniones de negocios con el testigo y su jefe Guzmán se encuentran los hermanos Ochoa ( Silvio, Juan David y Jorge Luis); José Gonzalo Rodríguez Gacha, Leónidas Vargas Vargas, Fernando Galeano Berrío del cártel de Medellín. Asimismo, dijo que habían tenido varias reuniones con líderes del cártel de Cali, entre quienes mencionó a Miguel Rodríguez Orejuela y Diego Montoya.
A lo largo del interrogatorio hecho por el fiscal federal Michael P. Robotti, Martínez Martínez explicó cómo se había unido al cártel de Sinaloa. Afirmó que había sacado una licencia de piloto en los Estados Unidos (Texas) y cuando empezó a volar contrabandeaba equipos de línea blanca cuya exportación estaba prohibida desde EE. UU. a México. Posteriormente, empezó a trabajar con Joaquín el Chapo Guzmán hasta convertirse en uno de sus hombres más cercanos, inclusive, aseguró que fue su mismo ‘Jefe’ quien se ofreció a ser padrino de su hijo.
‘El Gordo’ dijo que fue miembro del cártel de Sinaloa desde 1986 hasta 1998. Cuando le pidieron que describiera qué era el cártel afirmó que era «una organización para traer droga a los Estados Unidos y que Guzmán era el jefe y quien daba las órdenes».
Explicó que su trabajo en el cártel era «establecer relaciones con los carteles colombianos y organizar la logística de los aviones para enviarlos a Colombia a buscar la droga y recibir la mercancía en México».
Comentó que trabajó «única y exclusivamente para Guzmán», que se reunió con él en muchas oportunidades, y que la última vez que había visto al Chapo fue en la cárcel en 1994.
En su descripción aseguró que el cartel de Sinaloa vendía varios productos, entre los que destacó la cocaína, marihuana y heroína. Sostuvo que la alianza del Cártel de Sinaloa con los carteles colombianos era en base a un porcentaje, 55 por ciento le pertenecía a los carteles colombianos y 45 para la organización mexicana.
Entre las anécdotas que llamaron la atención destacó que en una oportunidad estaba piloteando un avión con el Chapo y tuvo dificultades para aterrizar, en el accidente se le rompió una hélice a la aeronave, ante lo cual Guzmán le dijo que era un piloto muy malo, «Yo me puse triste y él me dijo que no me preocupara porque seguiría trabajando para él pero no pilotearía más».
Martínez Martínez comentó que la primera vez que fue a Colombia a negociar con los carteles fue 1986 y que estuvo acompañado por Arturo y Héctor Beltrán Leyva y Martín Moreno. Fue llamado por su conocimiento de las pistas clandestina en México. Allí se reunió con el colombiano Alberto Araujo para cuadrar un envío de marihuana que no tuvo éxito porque hubo un accidente donde se robaron el dinero y la droga.
Regresó a México y tiempo después sostuvo una reunión con Guzmán en los primeros días de enero de 1987. Al encuentro en Gualadajara fue con Alberto Araujo. Guzmán le dijo que ya le habían hablado de él y que quería que fuera a Colombia por lo cual le pagaron USD 25.000 mil dólares.
‘El Gordo’ pasó a ser ‘guía de los pilotos del cártel de Sinaloa’. Dijo que entre otros encuentros conoció a Arturo Beltrán Leyva y Héctor Beltrán alias ‘el H’, quienes recibían la droga de Guzmán.
El testigo protegido de la fiscalía informó que el cártel de Sinaloa usaba aviones para transportar la cocaína desde Colombia a México, y que a lo largo de trabajo en la organización se había recibido unos 200 aviones con carga.
En ese sentido, aseguró que el cártel de Sinaloa pagó -en al menos 3 oportunidades- USD 10.000.000, 00 en cada entrega a quien era para la época el comandante de la Policía Judicial Federal de México y uno de los hombres fuertes del Fiscal General de México, Guillermo González Calderoni. El dinero era enviado en los aviones del Chapo a Reynosa, Tamaulipa. Tras el pago de los millonarios sobornos, Calderoni permitía que Guzmán hiciera los envíos de la droga sin ser detectado por las autoridades, le informa si había alguna investigación en su contra así como también los lugares donde podía estar seguro, tanto él como su mercancía.
Sostuvo que los sobornos de Calderoni se pagaban a través de los oficios del abogado del cártel, Humberto Loya Castro.
Martínez Martínez acotó que Calderoni era el jefe de la PDR en Gualadajara, Jalisco en 1987. El funcionario, quien según el testigo sostenía una relación de amistad muy cercana con Guzmán, le había advertido al Chapo que Estados Unidos había abierto una base para detectar aviones que iban desde Colombia a México. A raíz de ese dato, decidieron usar barcos para los envíos de la droga que viajaban por la ruta del Océano Pacífico hasta unas 200 millas fuera de cada país en aguas internacionales y en tres puntos acordados las embarcaciones tipo camaroneros y tiburoneros del Chapo recogían la mercancía y la llevaban a México. Una vez que llegaban a los puertos mexicanos, la droga era traslada a los camiones para ser llevada a los Estados Unidos.
Bajo el método de los barcos y de los aviones, Guzmán y sus socios habrían transportado desde Colombia a México toneladas de cocaína. Entre 1991 y 1993 se habrían transportado entre 20 y 25 toneladas de droga.
El testigo dijo que todos los diciembres iba a reunirse con Guzmán para hacer las cuentas del negocio de la droga.
Martínez Martínez también aseveró que viajó a Estados Unidos con Guzmán, a Los Ángeles para ser más precisos para comprar unos aviones y cuadrar un negocio de marihuana con un cliente de Guzmán, para lo cual sirvió de traductor. Luego de hacer los negocios de narcotráfico, el ahora testigo y el acusado habrían ido a Las Vegas porque «el Chapo tenía muchas ganas de jugar en los casinos».
Entre otros aspectos, el testigo dió los primeros elementos para entender la guerra del Chapo contra los líderes del cártel de Juárez, señalando que en los primeros años Guzmán «era amigo y tenía una buena relación con Amado Carrillo» pero siempre «había como una competencia entre ellos», ya que Guzmán quería recibir más aviones de droga que Carrillo. «ellos competían a ver quien traía más drogas».
El interrogatorio de la fiscalía continuará este martes y se prevé que el contra interrogatorio de la defensa se realice el miércoles 28 de noviembre.
Vaya historia! De esto harán una película. Gracias por tu tiempo,publicar estos cuentos, y así nos enteramos cómo terminó este señor de testigo.