Si no se actúa ya, Evo Morales puede volver al poder en Bolivia: advierte un experto

Farah hace un análisis sobre la situación en diversos puntos de América Latina, que hacen suponer una retoma del poder por parte del bolivarianismo.

A pesar de los pasos positivos que en algunos países se han dado para erradicar el bolivarianismo de sus sistemas de gobierno, es preocupante que en otras naciones sigan operando representantes del eje del mal, que bregan para que la izquierda se instaure en el poder. Así lo advierte el analista y consultor en seguridad nacional, Douglas Farah, quien observa con preocupación cómo estas organizaciones criminales ganan cada vez más terreno en América Latina.

El experto advierte que integran Rusia, China, Irán, Venezuela y Cuba, países que conforman el denominado “eje del mal” han planificado por largo tiempo la estrategia para cambiar trascendentalmente al mundo. Estas naciones mantienen una campaña en procura de implantar una narrativa en la que el mundo se divide entre patriotas y globalistas, un tema que ha llegado a ocupar muchas de las agendas de discusión, tanto en Estados Unidos como en Europa.

El eje del mal ha aprovechado la pandemia del Covid-19 y sus efectos, para desviar la atención de los países democrático a sus intereses y hacer que las sociedades se cuestionan sus sistemas de gobierno y administración. “la gente se pregunta si será cierto que el sistema deba ser transformado de la manera como lo plantean estos países y en la dirección que ellos apuntan. Lo particularmente significativo es que hay gente dispuesta a escuchar sus planteamientos y propuestas, esto aun con la historia de Cuba y Venezuela”.

El Salvador

Es así como en países como El Salvador, donde se creía que la llegada de Nayib Bukele a la presidencia de la nación centroamericana, iba a significar el fin de las operaciones de los agentes de dicho eje del mal, estas estructuras se mantienen y conviven. Es el caso José Luis Merino, conocido como el “Comandante Ramiro”, quien mantiene una gran influencia en la administración de Bukele.

Farah ha desarrollado una amplia investigación y seguimiento de las irregularidades de José Luis Merino, logrando identificar algunas de ellas, lo que ha derivado en el decomiso de algunos millones de dólares producto de su actividad criminal.

Sin embargo, Merino se mantiene como un poder real en el gobierno de Nayib Bukele, pues maneja muchos de aspectos económicos oscuros del gobierno. Farah se remite al exasistente del Comandante Ramiro, Eric Vega, quien funge como uno de los asesores de Nayib Bukele.

El presidente de IBI Consultants refiere que Merino “robó más de USD 600 millones de PDVSA y ahora hay enfrentamientos entre ellos. Entonces a Merino le toca evadir, no solamente a los Estados Unidos, sino a los venezolanos y cubanos que se sienten estafados por él”.

Aun con estas referencias, José Luis Merino mantiene buenas relaciones con Iván Márquez de las FARC, con Tareck El Aissami en Venezuela y con diferentes grupos que tienen el control del narcotráfico y manejan mucho dinero.

Todo esto lleva a Farah a suponer que la supuesta ruptura de Nayib Bukele con Nicolás Maduro no significa, de ninguna manera, un rompimiento “ideológico” pues, por el contrario, existe una gran “flexibilidad ideológica” que permite que los actores, en este caso José Luis Merino, simplemente cambien de banda.

“Uno ve ahora y es poco chistoso, a gente muy cercana a Juan Guaidó, asesorando directamente a Bukele. En Casa Presidencial hay una red de la gente de Guaidó haciendo un mal servicio al pueblo salvadoreño y de la mano con quienes antes eran considerados como el enemigo. Es una de esas cosas del mundo en que vivimos ahora, donde no hay ideología simplemente dinero y todo camina en torno a él”, refiere Douglas Farah.

Es una trama compleja, advierte Farah, pues Bukele mantuvo relaciones con el gobierno de Venezuela desde los años en que el ahora mandatario salvadoreño fungía como alcalde de Nuevo Cuscatlán y San Salvador. Estos vínculos eran, principalmente, con Tareck El Aissami. Eso sí, subraya que la ideología ha perdido peso y ahora lo que prevalecen son los intereses económicos. “El dinero que se robaron en Venezuela, el dinero que está ganando las FARC, el dinero del oro, de la cocaína, eso es lo que prevalece”.

Honduras

Por otra parte, Douglas Farah se remite al caso de Honduras, cuyo presidente, Juan Orlando Hernández, ha sido señalado por los fiscales del Distrito Sur de Nueva York de mantener vínculos con el narcotráfico y, particularmente, con el líder del Cártel de Sinaloa.

Tales señalamientos no han sido óbice para que Hernández se mantenga en el poder.

En este caso y en el de Bukele en El Salvador, el gobierno de los Estados Unidos ha mostrado demasiada tolerancia, llama la atención Douglas Farah, quien no se explica cómo con este prontuario ostente todavía la presidencia hondureña.

El doble juego de AMLO en México

Douglas Farah se remite al caso mexicano, donde el secretario de seguridad de Andrés Manuel López Obrador, fue recientemente asesinado por las mafias del crimen organizado.

Y es que, en México, sostiene, avanzan las organizaciones criminales bajo el gobierno del izquierdista AMLO, defensor de los postulados del socialismo del siglo 21, es decir, del bolivarianismo.

Farah observa un doble juego, porque por un lado, AMLO anuncia un viaje a los Estados Unidos para conversar con Donald Trump y, por el otro, “tiene otro juego ayudando mucho al régimen de Nicolás Maduro, donde sabemos que hay muchas empresas a las que él ha permitido que estén lavando dinero para el régimen de Maduro”.

La violencia en EE. UU.

Otro signo del avance del eje del mal en América es, a juicio de Douglas Farah, la violencia suscitada en los Estados Unidos a raíz de la muerte de George Floyd.

Refiere que los grupos anárquicos tras la mampara de la protesta por la injusta muerte de Floyd, han generado un movimiento violento, tal como en Latinoamérica, el bolivarianismo se vale del descontento y la protesta por reivindicaciones sociales y económicas, para propiciar la caída de los gobiernos democráticos.

“Hay cierto descontento válido dentro de la esfera política y dentro de esto hay factores que dinamizan la violencia y cuando ven la oportunidad y yo temo que eso es lo estamos viendo en estos momentos en Estados Unidos”.

El caso boliviano

Por último, Douglas Farah cita el caso de Bolivia, donde la presidenta interina, Jeanine Áñez dice y se desdice constantemente respecto a su participación o no en las elecciones presidenciales, en tanto el partido MAS de Evo Morales se prepara para ir a los comicios en unidad.

Una circunstancia que hace vislumbrar que el MAS y el propio Evo Morales, vuelvan al gobierno boliviano.

Hace mención que muchos observadores sostienen que, a pesar de la salida de Morales del poder, el crimen organizado nunca abandonó la esfera del poder y solamente se han mantenido en silencio durante el gobierno provisional.

Esto, dice Farah, es trágico, toda vez que la salida de Morales del poder había despertado en los bolivianos la esperanza de que se podía reconstruir el país y su institucionalidad y democracia.


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