Fiscalía advierte que usará en el juicio referencias de Narcosobrinos sobre la Farc y el pago de campaña de Cilia Flores con dinero de la droga

Por Maibort Petit
@maibortpetit


El fiscal Preet Bharara dejó claro, en un documento entregado a la corte del Distrito Sur de Nueva York, que las evidencias relacionadas con la situación financiera de los demandados es totalmente admisible en el juicio que se le sigue a los sobrinos de la pareja presidencial de Venezuela, Efraín Antonio Campos Flores y Franqui Francisco Flores de Freitas.


Bharara lanzó este jueves fuertes dardos a la defensa que pretende eliminar las pruebas más comprometedoras que posee el gobierno contra los dos sujetos acusados de conspirar para traficar a los EEUU, 800 kilos de cocaína de alta pureza.

Dice Bharara que hay enormes contradicciones en las declaraciones de los acusados. Primero dijeron que estaban viviendo un estilo de vida “modestos” en Venezuela antes de su detención y luego se empeñan que eliminar las pruebas de su riqueza y estilo de vida.

Para el fiscal neoyorquino es inconcebible que los acusados pretendan impedir que el gobierno muestre las pruebas relativas a las fuentes de su riqueza en Venezuela. Si bien el gobierno no tiene la intención de enfocarse en tales argumentos en su acusación, “ciertos aspectos de la  riqueza de los acusados ​​y, en particular, su acceso y capacidad de suministro de aviones privados, son muy relevantes y admisibles en el juicio”. 

Otro aspecto que utilizará el fiscal en su estrategia de acusación -y que según él es absolutamente válido- es el argumento que desmiente que los dos acusados “eran hombres de negocios en Venezuela y que ambos fueron engañados por los informantes de la DEA para instarlos a cometer un delito”. 
El Gobierno va a demostrar a través de declaraciones grabadas, así como las comunicaciones electrónicas, fotografías y vídeos de los teléfonos de los acusados, que uno o ambos de ellos utilizaron aviones privados para viajar a Honduras y Haití (dos veces) a sostener las reuniones de la conspiración. 

Los acusados ​​también discutieron las fuentes confidenciales la persona identificada en la audiencia de supresión como CW-1, el uso de aviones privados para transportar cocaína. Esta evidencia se vuelve particularmente relevante a la luz de la teoría de la defensa de que los acusados ​​carecían de la capacidad logística para hacer el envío de la droga a los EEUU.

Sostiene la fiscalía que las pruebas de la riqueza de los acusados -cualquiera que sea su fuente- es probatoria de su participación en la conspiración para importar cocaína y su capacidad para facilitar el envío de grandes cargas de drogas fuera de Venezuela.

Apunta el documento de la fiscalía que “se debe permitir el testimonio de los informantes confidenciales CS-1 y CS-2 quienes afirman que el kilo de la sustancia que fue llevada por los acusados a la reunión del 27 de octubre de 2015 en Caracas era cocaína”. 

Dice que Gobierno, basado en la jurisprudencia existente casos donde se prueba que “se puede sostener una condena por posesión de drogas más allá de toda duda razonable, apoyándose en el testimonio laico de un testigo”, por lo cual, el testimonio de CS-1 y CS-2  debe ser admitido como medio probatorio de la culpabilidad de los acusados del cargo de conspiración para traficar narcóticos a los EEUU.

Bharara rechaza el argumento expuesto por la defensa de los sobrinos presidenciales según el cual la sustancia no era cocaína porque CS-1 y CS-2 no experimentaron los efectos de la sustancia. 

El testimonio ofrecido por CS-1 y CS-2 deja claro que los acusados ​​llevaron el kilogramo a una reunión el 27 de octubre de 2015. Esto aunado a la declaración altamente inculpatoria del Campos Flores al agente especial de la DEA, Sandalio González con respecto a una fotografía del kilogramo, cuando le preguntó: “¿sabes lo que es eso.” y él respondió “Tú sabes lo qué es”.

El documento refiere además la petición de los acusados de eliminar de las pruebas la mención a la Farc, que era el proveedor de la droga que pensaban importar a los EEUU. 

Al respecto dice que “el tribunal debe negar la moción de los acusados ​​para que se eliminen algunas porciones de la confesión de Campos Flores y declaraciones grabadas donde Campos Flores confesó que “las FARC”, o las Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia, fue la que suministró de la cocaína que se trata en este caso”. Asimismo, la relacionada con las declaraciones de Campos Flores en el sentido de que “nosotros” estamos “en guerra” con Estados Unidos y las declaraciones acerca de poner a la gente en la cárcel o enviarlos a la cárcel.

“Los acusados ​​tratan de excluir sus propias palabras acerca de la manera en que tenían la intención de cometer el delito por el que están a punto de ser sometidos a juicio” dice el fiscal. 

Esta evidencia de Campos Flores es de alto valor probatorio y por tanto debe ser admitida, al igual que la grabación donde Campos Flores le explica a un agente de la DEA la oferta para la transacción de drogas planificada  para ser importada, lo que constituye prueba fundamental para probar el delito imputado, al igual que deja claro, los motivos de los acusados para llevar a cabo la transacción, su capacidad para llevar a cabo la trato, y su conocimiento de que el acuerdo tendría consecuencias para los Estados Unidos. 

Dada la relevancia de las declaraciones cuestionadas y su conexión con la conducta incriminada, el valor probatorio de estos estados no es “compensada sustancialmente por un peligro de. . . prejuicios injustos [o] confundir los temas ” sino una evidencia clara para probar el delito.

Bharara aclara que la Regla 403 (que argumenta la defensa para pedir las mociones) autoriza la exclusión de pruebas pertinentes sólo si su “valor probatorio es sustancialmente superado por el peligro de que,” entre otras cosas,  se creen”prejuicios injustos o puedan generar confusión de los temas en los jurados”. 

Advierte que “obviamente todas las pruebas de la culpabilidad son perjudiciales para los acusados, en el sentido de perjudicar a la defensa, pero eso no es lo mismo que ser “injustamente” perjudicial”. 

El hecho que Campos Flores haya declarado al agente González que las FARC eran las proveedoras de la droga que negociaban y la asociación de Campos Flores con “El Gocho”, quien era el contacto que le suministra la cocaína es una evidencia que no puede ser obviada.

El Gobierno trata de llevar al jurado las siguientes evidencias: 

(1) Campos Flores dice que un individuo llamado “Hamudi” le había presentado a “El Gocho” en Caracas, aproximadamente dos meses antes de la detención de Campos Flores
(Ii) Campos Flores dijo que se había reunido con “El Gocho” aproximadamente cinco veces; 
(Iii) Campos Flores dijo que “El Gocho” le había proporcionado fotos con el kilogramo que trajo a la reunión de octubre de 27; 
(Iv) Cuando se le preguntó Campos Flores dónde estaba almacenando los 800 kilogramos de cocaína, Campos Flores indicó que “El Gocho” no había proporcionado el total de 800 kilos, sin embargo, dijo que sólo se había dado un kilogramo; 
(V) Campos  Flores dijo que “El Gocho” había sido reacios a proporcionar a la cocaína en base los créditos, pero que habían acordado que “El Gocho” le iba a proporcionar los kilogramos y que Campos Flores le pagaría después de recibir el pago de la negociación; y
(vi) Cuando el agente especial González pidió Campos Flores si sabía quién suministra la cocaína a “El Gocho”, Campos Flores indicó que “El Gocho” dijo que la cocaína fue suministrada por las FARC.

El gobierno rechaza los argumentos -sin fundamento- de los dos acusados, donde afirman que la cocaína que supuestamente iba a ser enviada en este caso, nunca se presentó” y “no habrá pruebas que presentar en el juicio ya que que en realidad la droga nunca existió”. 

De hecho, los argumentos de la defensa se caen porque Campos Flores admitió frente a la DEA que “El Gocho” en realidad poseía los 800 kilogramos de cocaína. Con esto, la fiscalía señala que la defensa quiere reclamar ante el jurado que la conspiración nunca existió y que los acusados no contaban con la capacidad de participar en un crimen, mientras que al mismo tiempo procuran impedir -a toda costa- que el Gobierno ofrezca las pruebas que demuestran todo lo contrario.
Para tumbar la petición de la defensa, la fiscalía sostiene que Campos Flores admitió durante su confesión que “la cocaína estaba siendo suministrada por “El Gocho”, y que éste había obtenido la droga de las FARC”. Por otra parte, durante la reunión grabada entre los acusados ​​y CS-1,  justo antes de su detención en Haití, Campos Flores se refirió a un “comandante de las FARC,” quién “es supuestamente uno de alto rango” y una “persona muy seria” y explicó a CS-1 que había “colocado una persona”, es decir, “El Gocho”- “que me puso en contacto con ellos.” 

Campos Flores indicó que no había cumplido con el comandante de las FARC, pero aseguró CS-1 que el comandante de las FARC “ya sabe quienes somos.” 

La fiscalía sostiene que las declaraciones con respecto a la fuente de suministro de la droga es una evidencia probatoria en cualquier caso criminal de narcóticos.  De hecho,  las declaraciones de Campos Flores a la DEA y a CS-1 en relación con las FARC son una pieza clave para la parte acusadora.

A lo largo de las extensas  acciones preventiva de la defensa en este caso, los abogados han argumentado repetidamente o han dado a entender que las fuentes confidenciales de la DEA “indujeron a los acusados ​​a la comisión de la transacción y que los acusados ​​no contaban con los recursos y ni con la sofisticación necesarias para llevar a cabo un acuerdo de este tipo”. No obstante, en apoyo a varias de las peticiones previas al juicio, Campos Flores ha afirmado en varias ocasiones que él y su primo carecían de la capacidad para adquirir la cocaína que se suponen iban a negociar. 

Agrega en las declaraciones de Campos Flores con respecto a la participación de “El Gocho” en la conspiración, el gobierno pudo corroborar dicho contacto a través delos teléfonos de los acusados. Por ejemplo, un asociado escribió a Flores de Freitas el 1 de noviembre, el año 2015 que “El Gocho” era “el mejor” porque se había ofrecido a proporcionar 800 kilogramos de cocaína (“el 800″ //” las sillas”) y” la tarifa de transporte “en consignación (“sin poner un solo bolívar “). El mismo día, el mismo asociado envió tanto a Campos Flores como a Flores de Freitas una captura de pantalla de su teléfono que refleja las llamadas con el “Gocho” El asociado entonces dijo por escrito a Campos Flores, “es la llamada que hice a mi amigo.”

En la audiencia de supresión de evidencias celebrada  el septiembre 7 de 2016, cuando  la defensa preguntó a los informantes CS-1 y CS-1 sobre qué cree que es el “polvo blanco” que los acusados ​​llevaron a la reunión el 27 de octubre del año 2015, el abogado de Campos Flores declaró: “su Señoría, en esencia, creemos que el CW-1 orquestó todo el evento, toda la secuencia de acontecimientos que siguieron. El informante CS-1 destruyó la muestra después de recibirlo”.

Todo indica -dice el reporte- que ésta defensa anticipada frente a la evidencia que Campo Flores tuvo acceso a la droga producida por las FARC” que es el mayor proveedor mundial de cocaína,” es sumamente probatorio de la participación de Campos Flores en la conspiración, ya que demuestra que lo que hizo y de hecho, tuvo acceso a los 800 kilogramos de cocaína.

El fiscal advierte que  el valor probatorio de la declaración de Campos Flores con respecto a las FARC  es extremadamente valioso para probar el crimen y “no es sustancialmente superado por el peligro de perjuicio injusto” como dice la defensa. 

La fiscalía recurrió al argumento de la defensa, según el cual. los acusados no estaban en disposición de traficar ese monto de droga. El fiscal cita frases de la defensa: “La capacidad para facilitar una transacción de 800 kilos de cocaína significaría que los demandados, hombres relativamente jóvenes sin antecedentes penales, se encuentran entre los más poderosos traficantes de drogas en el mundo, esta cantidad de cocaína de alta pureza tendrían un valor al por mayor de más de $ 30,000,000 y un valor de plaza de decenas de millones de dólares más alto.”
El gobierno de los EEUU asegura que la evidencia de la referencia del grupo guerrillero es un elemento altamente probatorio, ya que es consistente con el testimonio de expertos que afirman que la cocaína que es enviada fuera de Venezuela a menudo se obtiene a partir de Colombia, que es la base de operaciones de las FARC.

Reitera la fiscalía que la confesión de Campos Flores con respecto a las FARC “se relaciona directamente a la conducta que está en el corazón de la conspiración para importar cocaína a los Estados Unidos”, razón por la cual es admisible. Esas afirmaciones“guardan relación directa e inseparablemente a los delitos imputados,” acota. 

La fiscalía rechaza además la petición de los acusados para que el Gobierno no haga referencia a las FARC como una “organización terrorista extranjera”, para evitar que haya prejuicio  en el jurado por el hecho de que las FARC son una organización paramilitar que opera en Colombia, Venezuela y Ecuador, y que es una de las mayores productores de cocaína en el mundo.

La fiscalía asegura que la Corte debe rechazar la solicitud de los acusados ​​para escindir la referencia de Campos Flores a las FARC en su confesión.

La guerra con los Estados Unidos, con Colombia

La fiscalía advierte que la solicitud de la defensa para eliminar otras evidencias, entre las cuales destaca la siguiente, que el gobierno considera de alto valor probatorio.   
– Al principio de la reunión con el CS-1 y CS-2 el 23 de octubre de 2015, Campos Flores declaró “queremos tomar de nuevo posesión de la. . . Asamblea Nacional y varios. . . varios sitios de poder. . . que nosotros no tenemos. (…) . pero no queremos perderlos “. 

Campos Flores añadió que se refería a “lugares clave” y  declaró que “[W]  los puso en la cárcel por aquí. . . los enviamos a la cárcel por 15 años. ” (refiriéndose a Leopoldo López aunque no lo menciona).

Más tarde, Campos Flores señala que “estamos siendo atacados”, y el hecho de que su “madre”, Cilia Flores, “se está postulando de nuevo” para la “Asamblea Nacional”,(..) “Necesitamos el dinero. . debido a que los estadounidenses nos están golpeando duro con dinero. . . la oposición . . . es conseguir una infusión de una gran cantidad de dinero. .  y es por eso que estamos en guerra con ellos.”. 

En seguimiento a esto, más adelante en la conversación, CS-1 se indica que “tenemos que ser muy cuidadosos” en la próxima transacción de cocaína “, debido a  la guerra interna que hay con los estadounidenses”. 

Luego, los demandados trataron de despejar las dudas de CS-1: Campos Flores declaró que “[W] tienen una. . . guerra con los americanos [,] con la oposición [,] “y con Colombia (” nuestro país hermano”), pero Flores de Freitas explicó que, a pesar de la” guerra “,” la DEA no está aquí. . . no vienen aquí”, y Campos Flores añaden”los estadounidenses no vienen en. . . “.

Las declaraciones de guerra son una prueba convincente por múltiples razones. En primer lugar, proporcionan evidencia de los motivos por los cuales los acusados ​​querían involucrarse en un negocio de drogas de varios millones de dólares en el período previo a las elecciones de la Asamblea Nacional de Venezuela celebradas en diciembre de 2015, para contrarrestar lo que ellos creían era la “infusión” de dinero que la “oposición” estaba recibiendo supuestamente de los “americanos”. 

En segundo lugar, es necesarios explicar y colocar en el contexto las  declaración de Flores de Freitas que: “la DEA no está aquí.” Esta afirmación en sí es una prueba convincente del hecho de que los acusados sabían que estaban participando en una transacción de drogas con el CS-1 y CS-2 y  en lo cual se destacan los siguientes elementos:

La capacidad de los acusados de enviar de forma segura un gran cargamento de cocaína desde Venezuela, un área que creían que no estaba cubierta por la DEA. 

En la medida en que los acusados ​​intentan impugnar a los testigos del gobierno al criticar el manejo de CS-1 y CS-2, mientras estaban en Venezuela, la declaración de Flores de Freitas corrobora el testimonio de los  testigos del Gobierno de que las operaciones de la DEA en Venezuela son significativamente restringidas.

De manera más general, las referencias de los acusados ​​a la “DEA” y a los “americanos” reflejan su entendimiento de que el tráfico de drogas afectó los intereses de América. Anunció que el Gobierno establecerá a través de testimonios de expertos en el juicio, que la gran mayoría de la cocaína despachada desde Venezuela a América Central ha sido importada a los Estados Unidos, y que la aplicación de la ley estadounidense tratará de interceptar cargamentos de droga de Venezuela sí estuviese permitido hacerlo. 

El gobierno señala que las evidencias que tiene el gobierno sobre este tema  son extremadamente probatorias, ya que demuestra el conocimiento de los elementos claves de la conspiración por la cual están siendo procesados los 2 acusados, es decir, la importación de cocaína a los Estados Unidos, la fabricación y distribución de cocaína a sabiendas y con la intención de que sería importada a los EEUU.
CS-1 dejó claro desde el principio, en la primera reunión  con los acusados, (el 23 de octubre de 2015) que la cocaína sería importada a los Estados Unidos. Las declaraciones de guerra son, por tanto, relevantes para demostrar el estado de ánimo de los acusados ​​con respecto a este país, que en el contexto de la teoría del entrampamiento  que intenta probar la defensa de que supuestamente “EEUU habría presionado a los acusados para predisponerlos a participar en el delito por el cual luego serían imputados”.

Sostiene que la declaración de Campos Flores donde alude a estar en “guerra” con los “americanos” no es injustamente perjudicial, sino que es un elemento probatorio en el contexto de la conducta incriminada, cuyo efecto habría sido destruir vidas estadounidenses y familias. 

Al revelar el conocimiento de los mismos objetos de los narcóticos y de la guerra con los EEUU “se refieren directa e inseparablemente a los delitos imputados”, por lo cual es elemento tiene un alto valor probatorio y no puede decirse que está “sustancialmente compensado” por el peligro de perjuicio injusto”. Igualmente aclara que el uso de esa referencia “no supone que el jurado debe desentrañar la relación complicada y tensa entre los Estados Unidos y Venezuela”, como argumenta la defensa. 

El hecho sobresaliente es que los acusados ​​creían, sin importar si esa creencia era precisa o no, que los EEUU financiaban la oposición venezolana, lo que le obligó a pedir una gran cantidad de dinero en efectivo antes de las elecciones para apoyar los esfuerzos de su familia para permanecer en el poder (“necesitamos el dinero”), y esta creencia explica el motivo de los acusados ​​para unirse a la conspiración. 

En este caso, se prueban los esfuerzos de Campos Flores para obtener dinero por adelantado para pagar la campaña de su madre a las elecciones en Venezuela, lo que lo lleva a participar en la conspiración que es objeto de este caso.

2 comentarios sobre «Fiscalía advierte que usará en el juicio referencias de Narcosobrinos sobre la Farc y el pago de campaña de Cilia Flores con dinero de la droga»

  1. Maibort 3 preguntas, será posible que el detenido recientemente en Honduras y cómplice de estos dos narcos pueda ser extraditado a tiempo para que testifique en este juicio, de no poder ser extraditado a tiempo puede declarar a distancia desde Honduras.

    Que se sabe de la persona de Venezuela cercana al régimen que esta bajo protección de testigos.

    Tengo entendido que pueden ser acusados entre 10 años y cadena perpetua (es cierto que la cadena perpetua solo dura solo 25 años). Cual es el tiempo máximo que estas personas pueden quedar presos. Porque los queremos presos de por vida.

    Gracias de antemano por tus respuestas.

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