En una impactante revelación que pone de manifiesto las amenazas a la seguridad nacional de Estados Unidos, Abouzar Rahmati, de 42 años, ex contratista de la Administración Federal de Aviación (FAA), fue acusado formalmente de conspirar y actuar como agente no registrado del gobierno iraní. Rahmati, ciudadano estadounidense naturalizado y residente de Great Falls, Virginia, compareció por primera vez ante un tribunal federal en el Distrito de Columbia este martes.
Acusaciones y antecedentes
Según la acusación, desde diciembre de 2017 hasta junio de 2024, Rahmati trabajó en secreto para el gobierno de Irán. Su actividad incluyó encuentros con agentes de inteligencia iraníes, el uso de una historia de tapadera para ocultar sus acciones, y la recopilación de información confidencial relacionada con la industria de energía solar y la infraestructura aérea de Estados Unidos, información que posteriormente entregó a Irán.
Rahmati, quien anteriormente sirvió como primer teniente en el Cuerpo de la Guardia Revolucionaria Islámica (CGRI) de Irán, ocultó su historial militar al solicitar empleo en Estados Unidos. En 2017, reanudó su contacto con oficiales iraníes y ofreció sus servicios como informante. Tras obtener empleo como contratista de la FAA, Rahmati accedió a información no pública sobre la arquitectura eléctrica y energética del Sistema Nacional del Espacio Aéreo (NAS).
Entre los documentos que Rahmati supuestamente descargó y entregó al gobierno iraní se encontraban detalles clave sobre la configuración energética del NAS, que podrían poner en riesgo la seguridad de la infraestructura aérea estadounidense.
El Departamento de Justicia ha condenado enérgicamente los actos de Rahmati. Matthew G. Olsen, Fiscal General Adjunto de la División de Seguridad Nacional, afirmó:
«Como se alega, el acusado conspiró con funcionarios iraníes, incluso mintiendo para obtener empleo en una agencia gubernamental de EE. UU. Solo para compartir información sensible con Irán. No permitiremos que agentes extranjeros no revelados comprometan nuestra seguridad.»
Por su parte, el Fiscal de los EE. UU. para el Distrito de Columbia, Matthew M. Graves, añadió:
«Este acusado infiltró una agencia crítica con la intención de proporcionar información sensible a una potencia extranjera adversaria. Afortunadamente, fue detenido antes de causar mayores daños.»
El FBI, que lidera la investigación, también destacó la gravedad del caso. Robert Wells, subdirector ejecutivo de la División de Seguridad Nacional del FBI, expresó:
«Este caso subraya el riesgo que representan las actividades de espionaje extranjero en nuestro país. Traicionar a Estados Unidos no solo amenaza nuestra seguridad, sino también los medios de vida de nuestros ciudadanos.»
Operación encubierta y detención
La investigación reveló que Rahmati utilizó su posición para recopilar información confidencial y enviarla a Irán, incluso a través de familiares que actuaron como intermediarios. En abril de 2022, Rahmati viajó a Irán con documentos confidenciales descargados de su lugar de trabajo, según la acusación.
Tras su regreso a Estados Unidos, continuó enviando información sobre la industria energética y la FAA, comprometiendo datos relacionados con aeropuertos y torres de control aéreo. Su arresto es resultado de una operación conjunta entre la Oficina de Campo del FBI en Washington y la Oficina de Contrainteligencia y Operaciones Técnicas de la FAA.
Este caso revela la creciente amenaza de infiltración extranjera en sectores clave de Estados Unidos. La acusación contra Rahmati envía un mensaje contundente sobre el compromiso de las autoridades de proteger la seguridad nacional y perseguir a quienes traicionen al país.
La investigación sigue en curso, y Rahmati enfrenta cargos que podrían llevarlo a pasar décadas en prisión si es declarado culpable.