La corrupción en Corpoelec obstaculiza desembolsos del BID para atender crisis eléctrica

Por Maibort Petit
@maibortpetit

Racionar es la fórmula de Corpoelec para evitar el colapso del Guri cuyas instalaciones se encuentran en precarias condiciones —igualmente— por la falta de mantenimiento de que son objeto sus unidades. En la actualidad el suministro eléctrico de Venezuela depende básicamente de esta Central Hidroeléctrica “Simón Bolívar”.


Respecto a los requerimientos del Guri fuentes del alto nivel consultadas para esta nota aseguran que el Banco Interamericano de Desarrollo (BID) se resiste a  entregar los recursos necesarios para acometer los trabajos de recuperación de la que, en efecto, es la principal fuente de energía eléctrica de Venezuela. Esto en razón de la severa crisis que padece el país y los graves antecedentes de corrupción que llevan a dicho organismo a mantenerse cauteloso a la hora de entregar recursos poniendo como requerimiento una  garantía que el dinero sea manejado con efectividad y transparencia.


Una fuente asegura que producto de las sanciones tomadas por el gobierno de los Estados Unidos contra varios funcionarios corruptos del régimen de Nicolás Maduro, el Citibank cesó la corresponsalía financiera con el gobierno venezolano. Esta es otra de las razones expuestas por el BID para no continuar con los desembolsos del dinero directamente al régimen, sino que acordó pagar directamente a los contratistas que acometan las obras.

Se sabe que los proyectos en el Guri están previstos para la instalación de unidades de generación y la modernización de las existentes que manejan empresas chinas, pero nos enteramos de que este se ha visto afectado por otro tipo de circunstancias. Y es que, supimos, que ingenieros de Corpoelec que viajaron a China para recibir adiestramiento en Dongfang Electric Machinery Co.Ltd (DFEM) sobre la instalación de dichas unidades y sobre técnicas de optimización, a su regreso, cuando hicieron escala en Francia, uno de estos profesionales decidió desertar de la delegación. Una fuga de talentos que ha proseguido, pues hace tan sólo dos meses otro ingeniero abandonó la misión.

A este patético panorama, se unen circunstancias como la dada a conocer a nosotros por parte de algunas fuentes, quienes nos informaron que el Proyecto de Modernización de las Unidades 1 al 6 de Guri está plagado de vicios e irregularidades que han contribuido en mucho a agravar la ya penosa situación del SEN.

La falta de experiencia y la improvisación

La impericia y la improvisación también han jugado un importante papel en esta crisis eléctrica, para lo cual recurriremos al ejemplo de una unidad de gas comprada totalmente nueva para ser instalada en San Diego de Cabrutica en el estado Anzoátegui, al oriente del país, pero olvidaron —o no previeron— construir una tubería para la trasportación del combustible de la misma, con lo cual se inutilizó la millonaria inversión realizada.

Tacoa —a cargo de la C.A. La Electricidad de Caracas— es otro claro ejemplo de lo afirmado, pues a pesar de haber sido objeto de varias inversiones y trabajos, su funcionamiento es precario.

Menos del 50 por ciento de las plantas termoeléctricas que fueron compradas entre los años 2004 y 2014 se encuentran total o medianamente inoperativas, esto gracias a la mala gestión y al mal manejo técnico. El resto, o no fueron concluidas o están mal administradas, responden a proyectos inacabados o a la improvisación o —lo peor y que parece ser la razón de todo—  no operan debido a la corrupción que ha estado detrás de los millonarios contratos que se han llevado a cabo para poner en funcionamiento plantas y equipos que nunca llegaron a materializarse.

Fuentes expertas consultadas consideran que el mantenimiento del parque generador termoeléctrico instalado en el país podría ser una alternativa para paliar en parte la severa crisis eléctrica que padece Venezuela. Esto, estiman, podría elevar la operatividad de las unidades de generación de este tipo, aumentando así la capacidad del Sistema Eléctrico Nacional.

Pero el mantenimiento tampoco es tarea fácil para una empresa en colapso casi absoluto, por lo que los técnicos de Corpoelec —advierten nuestros informantes— tratan de llevar a cabo operaciones correctivas con los pocos recursos propios con los que cuentan y con el personal disponible.

El gran impedimento para acometer un mantenimiento exhaustivo, tal como lo recomiendan los expertos y los propios especialistas de la corporación, es la milmillonaria inversión que conlleva la contratación de los necesarios e imprescindibles trabajos de mantenimiento del parque termoeléctrico nacional.

Por si esto fuera poco, pudimos conocer que el Proyecto de Modernización de las Unidades 1 al 6 de Guri está plagado de vicios e irregularidades que han contribuido en mucho a agravar la ya penosa situación del SEN.

Se trata —revelan nuestras fuentes— de un contrato suscrito únicamente con el interés de favorecer a la empresa china Dongfang Electric Machinery Co.Ltd (DFEM)[1] [2], y a lo largo de su ejecución sólo ha buscado incrementar el monto original de la negociación en dólares que, refieren los informantes, era una oferta — USD 1.310 millones— que se encontraba por debajo de lo que realmente involucraba dicho proyecto. “Había que lograr a toda costa que la empresa china ganara la licitación para favorecer a unos cuantos políticos y militares corruptos”, advierte la fuente, quien agrega que en la actualidad el citado Proyecto de Modernización de las Unidades 1 al 6 de Guri experimenta prácticamente un cierre técnico dado que sólo privaron en su ejecución los intereses económicos y ambiciones personales de unos pocos, por el encima de la necesidad del pueblo venezolano de que se resuelva la crisis eléctrica que padece. “La corrupción —expresa el informante— se impuso”.

Otras fuentes indican sobre este proyecto paralizado, que algunas cuentas no se han pagado a la empresa china en razón de que los recursos se encuentran represados en el Banco de Venezuela, además de las deudas que tiene el estado venezolano con el Banco Interamericano de Desarrollo, BID, por lo que este organismo ha dejado de cancelar los compromisos relacionados a este contrato, tanto a DFEM como a otras empresas con las que se mantienen negociaciones en la corporación eléctrica.


En una reunión efectuada en abril de 2018, ejecutivos del BID pidieron reunirse con ministros de Energía, Planificación y Finanzas para tratar, entre tantos temas, los aspectos relacionados con el dinero que BID desembolsó y no fue pagado a los chinos, las deudas del Estado Venezolano con BID y la posibilidad de no seguir financiando el proyecto 1 a 6 Guri. A dicho encuentro, sólo asistió el ministro de Energía Eléctrica, Motta Domínguez y un minutero por parte de los ministerios de Planificación y Finanzas. Una fuente nos informó que una de las ejecutivas del BID pidió hablar telefónicamente al ministro de Finanzas y fue luego de esa conversación que se “acordó una reunión de alto nivel” para tratar este tema. Pasados seis meses de aquella conversación, el encuentro no se realizó.

Conocimos que está próximo el despacho de partes y piezas ya fabricadas del primer generador y turbina, por lo que se requeriría que se tramitara y llevara a cabo el desembolso de dinero correspondiente, pero por cómo se avizora el panorama —comenta el informante— es posible que todas esas piezas, lamentablemente, queden allí abandonadas como ha ocurrido con los proyectos de Tocoma o la Modernización de la Casa de Máquinas 1 de Macagua, los cuales están inconclusos. Tres importantes proyectos que quedarán a medio camino mientras Venezuela padece la peor crisis eléctrica de su historia.


Seguiremos informando…