Por Maibort Petit
Todo lo que está a nuestra vista nos muestra que el encanto de Hugo Chávez se esfumó. Trás 14 años en el poder, el desgastado caudillo luce inferior ante la juventud, energía y la esperanza que ha despertado Henrique Capriles Radosky en la población venezolana.
Y es que sí a la calle nos remitimos, no queda ninguna duda que el “Flaquito” está fuerte en las preferencias de los venezolanos, que buscamos desesperadamente una salida al caos que vive nuestro país.
No hay que ser experto para observar que el joven gobernador tiene todas las posibildades de ganar las elecciones, sí las mismas se desarrollan dentro de un clima de honestidad, transparencia y legalidad.
El viejo y enfermo líder no puede creer lo que sus ojos ven. Aquel clamor popular ha desaparecido, a pesar de los cientos de dólares de la renta petrolera que invirtió en comprar el apoyo de las masas. Su ambición de gobernar el país, ha sido trastocada por los pésimos resultados de su administración, que ha dejado cientos de miles de muertos producto de la inseguridad, una infraestructura destruida, miles de damnificados, unas fuerzas armadas totalmente corrompidas, una Pdvsa endeudada, y un sin número de problemas que todos conocemos y vivimos a diario.
Venezuela tendrá un nuevo presidente, y un futuro diferente sí el resultado de las elecciones se respeta. En muchos lugares, se ha corrido la voz de la mega trampa que Chávez y sus cómplices pondrían en ejecución desde la noche del 6 de octubre. Las irregularidades existentes en el padrón electoral, la genuflexión de las autoridades electorales, el abuso en el uso de los recursos, y los medios oficiales por parte de Hugo Chávez, persisten como amenaza latente, aunque la MUD y el mismo, Capriles Radonsky se ha encargado de asegurar que a pesar de ello, la oposición triunfará sin discusión el 7 de octubre.
Chávez por su parte, insiste en que ganará y que sí bien no gana, volverá al poder en seis meses, ante el fracaso del gobierno de oposición. Con cada palabra, el seudocaudillo deja escapar su frustración ante la inminente pérdida de las elecciones.
Como era de esperarse, Chávez y sus cómplices han ideado estrategias que les han funcionado en otros procesos electorales, que van desde la aplicación del miedo como método para aterrar a los votantes, hasta la utilización -única y exclusiva- de oficiales afectos al proceso para intervenir al momento que se produzcan los conflictos ante el inminente triunfo de la oposición.
Los agentes oficialistas estarán resguardando todos los centros de votación, especialmente aquellos donde pueda haber mayor peligro. Para la actuación de ese día, el gobierno ha designado al personal militar con mayor experiencia y que hayan pasado las pruebas de afiliación política con el régimen de Hugo Chávez. Los “escogidos” serán colocados en los centros de votación donde hay más electores opositores. Esos “agentes” han sido entrenados para atacar aquellos que manifiesten su descontento ante cualquier irregularidad que se vaya acometer en los centros de votación. Junto a los efectivos chavistas, estarán miembros de la Milicia Nacional Bolivariana para defender la postura del régimen ante el temido escenario.
Por otro lado, el mismo Capriles ha descartado el fraude electrónico, ya que los testigos de la oposición en cada centro de votación trabajarán los conteos de votos manualmente. La manipulación de los resultados electorales por los expertos informáticos pagados por el régimen, se hará, esta vez, más dificil.
Capriles también ha dicho en varias oportunidades que siempre ha ganado elecciones con todo en contra, y está vez pareciera que no serán diferentes los resultados. Para lograr la victoria, Capriles cuenta con la mayoría de los venezolanos y con un ejército de ciudadanos civiles organizados para defender el voto de cada uno de los electores.
La clave para superar la trampa de Hugo Chávez es la organización y unión de la oposición para recontar con mucho cuidado y manualmente los resultados de cada centro, y trasmitir la información al centro de totalización. Frente a este factor, se pondrá a los rectores del CNE, que responden a las órdenes de Hugo Chávez, contra la espada y la pared.
Tibisay Lucena tendrá que anunciar al país el nombre del nuevo presidente de Venezuela que no será precisamente él de su Comandante y jefe inmediato…
Compren café porque la jornada del 7 de Octubre amenaza con ser una de las más largas de nuestra historia….