Hezbollah ha extendido sus operaciones en América Latina bajo el manto de la impunidad

Por Maibort Petit
@maibortpetit
La lucha contra el terrorismo islámico es un asunto que no ha sido considerado como prioritario en América Latina a pesar de que su presencia ha sido avistada en varias oportunidades, y en muchos países, las autoridades han documentado su incursión de manera fehaciente. Joseph Humire, experto en contraterrorismo y director ejecutivo del Centro para una Sociedad Libre y Segura (SFS), cree que luego de que Argentina designó a Hezbollah como grupo terrorista, otros países de Latinoamérica podrían hacer lo mismo, lo cual permitiría incrementar la lista de 58 naciones que actualmente luchan contra el terrorismo islámico. 
Durante el foro “Mejorando la cooperación contraterrorista tras una tragedia”, celebrado en el Senado de los Estados Unidos, organizado por (SFS) en la conmemoración del 25 aniversario por el atentado terrorista contra la AMIA, Humire presentó a varios ponentes que explicaron los avances que se han dado en la lucha contra el terrorismo en el hemisferio.

Entre los principales oradores estuvieron presentes el senador (R) Ted Cruz, Director General Adjunto del Departamento de Justicia, John P. Cronan y el diputado al Congreso de Argentina, Luis Petri, entre otros.
Humire destacó que buena parte de los países latinoamericanos no han registrado a Hezbollah como una organización terrorista, a pesar de la amenaza que representa para la región.
El grupo chiíta ha estado vinculado a varias actividades ilegales en Latinoamérica para generar fondos que financien actividades terroristas en el Medio Oriente.
Estados Unidos y la Unión Europea y ahora Argentina han considerado al grupo chiíta del Líbano, Hezbollah, como una organización terrorista.
El gobierno estadounidense también designó a Irán como el principal partidario de Hezbollah, como estado patrocinador de terrorismo.
Humire dijo que la lucha contra el terrorismo no es un asunto únicamente de los Estados Unidos, la Unión Europea o el Medio Oriente, sino que el ataque a la Asociación Mutual Argentino-Israelí (AMIA) en 1994 y a la embajada de Israel en Argentina (1992), demostraron que la pelea es también contra los latinos.

“Estos eventos cambiaron las conversaciones de contraterrorismo en América Latina”, acotó el experto.
— Por mucho tiempo —admitió— Latinoamérica se quedó atrás en la lucha contra el terrorismo porque no lo vio como un problema netamente de la región sino un problema del Medio Oriente, Europa, Estados Unidos, pero lo ocurrido en 1994 con la AMIA y la explosión de la embajada de Israel en 1992, demostró que es un asunto que incluye toda la región.
Humire cree que a la lista de 58 países que a nivel mundial que ya tienen designado a Hezbollah como grupo terrorista se unirán algunas naciones latinoamericanas, que permitirán que sean entre 68 o 78 naciones que puedan luchar en conjunto contra el terrorismo. “Ahora se podrá realizar una conversación sobre terrorismo en nuestro vecindario, ya que si los grupos están operando en América Latina, significa que también están operando en Estados Unidos”.
“Esperamos que este sea un punto de inflexión para muchos países latinoamericanos”, acotó.
“La mayoría de los latinoamericanos no ven el terrorismo islamista como una amenaza importante en su región y se ha ejercido poca presión pública sobre el establecimiento, la reforma o la mejora de las leyes antiterroristas débiles o inexistentes en toda la región. Como consecuencia, Hezbollah y otras redes islámicas se han extendido en Sudamérica con impunidad”, advierte.
Según el Departamento de Estado de Estados Unidos, Venezuela ha proporcionado un “entorno permisivo” que ha permitido que Hezbollah prospere en la región.
El año pasado, Michael Braun, un exjefe de operaciones de la DEA, dijo a los legisladores estadounidenses que Hezbollah está generando cientos de millones a partir de un “plan de lavado de dinero con cocaína” en América Latina que “proporciona una fuente de financiación interminable” para sus operaciones terroristas en Siria y en otra parte.

Argentina pasó a ser el primer país de la región en reconocer a Hezbollah como una organización terrorista. En el marco de la conmemoración del 25° aniversario del atentado terrorista de la AMIA, el presidente de esa nación, Mauricio Macri, anunció la creación de un registro público de personas y entidades vinculadas a actos de terrorismo y su financiamiento, en el que se incluyó Hezbollah.
El diputado del Congreso de la República de Argentina, Luis Petri, participó en el foro organizado por SFS y en su exposición dijo que la medida de calificar a Hezbollah como grupo terrorista es una de las tantas que ha tomado la administración del presidente Macri.

Petri aseguró que entre las medidas a adoptar podría considerarse el aumento de los controles fronterizos para impedir que extranjeros con grandes prontuarios con pedidos de captura internacional, puedan ingresar a la República Argentina, además de la inclusión de dominio, el arrepentimiento o técnicas especiales. “Según la investigación también se aplican a causas vinculadas con el terrorismo y este registro es transcendental para congelar los activos de las organizaciones y de las personas, además de impedir su ingreso, y creemos que en este momento esta medida debe ser replicada por los países de la región”.
El parlamentario describió la historia de los hechos terroristas en la AMIA, y recordó el memorando firmado por la expresidenta, Cristina Fernández, con Irán, que fue catalogado como inconstitucional por toda la dirigencia política de oposición argentina y fue llevado a la justicia por la DAYA y la AMIA y se logró que así se declarara, más allá de que había sido aprobado por el congreso argentino en una lastimosa sesión un mes después de haber sido firmado por Irán,  donde nunca ese país ratificó ese memorando porque lo único que buscaba era la desaparición de las alertas rojas en Interpol.
Petri sostuvo que “Argentina considera a EE UU como un aliado estratégico en la lucha contra el narcotráfico, el crimen organizado, el terrorismo internacional y el lavado de dinero. Somos agradecidos de todo su apoyo para derrotarlos”.

“Ya nada será igual, nosotros no seremos iguales, tenemos la obligación de ser mejores, para garantizar la paz de las generaciones futuras para que no vivan el horror, la sangre, la violencia racial y religiosa que le tocó vivir a nuestra generación”, destacó Petri.

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