Por Maibort Petit
@maibortpetit
La sentencia de Fabio Lobo, el hijo del expresidente de Honduras Porfirio Lobo Sosa (2010-2014), acusado de conspirar para enviar toneladas de cocaína a Estados Unidos, fue aplazada nuevamente para el 31 de julio de 2017, informó -a través de un memorando- la corte del Distrito Sur de Nueva York.
La fecha anterior fijada para la sentencia era el 20 de julio. El calendario procesal del caso ha sido cambiado en varias oportunidades desde mayo de 2016.
En la misiva se informa que algunas pruebas del caso fueron entregadas a la corte en idioma español sin traducción, lo que obliga a dar más tiempo para que dichos documentos sean traducidos al inglés.
En la misiva se informa que algunas pruebas del caso fueron entregadas a la corte en idioma español sin traducción, lo que obliga a dar más tiempo para que dichos documentos sean traducidos al inglés.
Según los récords de la corte, el gobierno de los Estados Unidos reclama al acusado Fabio Lobo el pago de $13 millones de dólares por concepto de “ingresos obtenidos durante la conspiración por narcotráfico” por él y sus coacusados.
Lobo fue capturado por la agencia antidrogas estadounidense (DEA) en mayo de 2015 en Haití. El acusado se declaró culpable de los delitos de narcotráfico entre 2009 y 2014, cuando su padre era presidente.
De acuerdo a lo estipulado en la ley, Lobo enfrenta una pena mínima de 10 años y una máxima de cadena perpetua.
La jueza del caso aseguró que antes de sentenciar al acusado debía conocer el fallo de la Corte Suprema que decidirá si Lobo es responsable o no del dinero obtenido ilegalmente por coacusados que participaron en la conspiración y que podría alterar el monto de dinero solicitado por la fiscalía.
El testimonio que cambió el caso
El caso de Lobo tomó un nuevo giro cuando a la Fiscalía del Distrito Sur de Nueva York sentó en el estrado al exlíder del cártel Los Cachiros de Honduras, Devis Leonel Rivera, quien se entregó a las autoridades norteamericanas.
El testimonio de Rivera fue explosivo, ya que acusó a la alta cúpula política de Honduras de estar involucrada en delitos de drogas.
De acuerdo a la acusación, a principios de 2009, cuando Porfirio Lobo Sosa buscaba la presidencia de Honduras, el acusado, Fabio Lobo, se unió a una conspiración para traficar drogas con su padre y otros al aceptar sobornos a cambio de proteger y asistir a traficantes en Honduras.
Durante el tiempo que Lobo Sosa era candidato a presidente de Honduras en 2009, los líderes de Los Cachiros le pagaron aproximadamente 500 mil dólares a cambio de protección política de investigaciones policiales, impedir la extradición hacia Estados Unidos y otorgar contratos de agencias gubernamentales hondureñas a compañías fachada para lavar dinero controladas por Los Cachiros, según indica la acusación de la fiscalía.
Honduras no autorizó la extradición de narcotraficantes a Estados Unidos hasta aproximadamente 2012, y ninguna extradición ocurrió cuando el presidente Lobo Sosa estaba en el cargo. Ese hecho ratifica -según el líder de los Cachiros- el compromiso que el expresidente hondureño había adquirido con la organización criminal.
El ex-líder de los Cachiros también implicó en el negocio del tráfico de drogas al actual ministro de Seguridad de Honduras, Julián Pacheco, a dos diputados, a un alcalde y al hermano del actual Presidente Juan Orlando Hernández y a uno del expresidente Manuel Zelaya. Todos los acusados niegan tajantemente las acusaciones.