“China y Rusia sostienen dictadura de Maduro y no están dispuestos a perder el terreno ganado en Venezuela”, advierte tajantemente el internacionalista Omar Bula Escobar, quien dejó sentado que no es suficiente la batalla contra el régimen venezolano que se libra al interior del país con Edmundo González Urrutia y María Corina Machado a la cabeza.
Bula Escobar es analista político experto en temas internacionales y de desarrollo sostenible, uno de los especialistas en geopolítica más importantes e influyentes del mundo. Actualmente se desempeña como consultor independiente, profesor en varias universidades y conferencista internacional.
Advierte —sin ánimos de disminuir la lucha interna venezolana, la cual apoya y considera que debe seguir librándose, con esperanza y constancia— que Venezuela es una dictadura, en todo el sentido de la palabra, siendo muy poco, casi nada, lo que de democracia queda en ella. Por ello, es preciso abordar lo que pasa en el país no solamente tomando en cuenta la lucha interna que allí se libra, llena de emocionalidad, sino también en su perspectiva geopolítica internacional.
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Mundo actual está divido en bloques geopolíticos
Recuerda que el régimen dictatorial y autocrático de Nicolás Maduro está determinado, no por lo que pasa en el interior de Venezuela, sino por la dinámica que viene desde afuera de sus fronteras que lo sostiene en razón de sus intereses.
Subraya que la época de la guerra de fría acabo y, en la actualidad, la realidad mundial la conforman bloques geopolíticos. Tal es el caso del bloque Rusia-Ucrania, el bloque Israel-Hamás. “Venezuela no es ajena a esa lógica. Venezuela tiene un lugar estratégico, perdonen la redundancia, desde el punto de vista geoestratégico y, además, por sus recursos naturales, su proximidad de los Estados Unidos, etcétera”.
Explica que los actores externos que determinan la existencia de la dictadura de Maduro —tal como apoyan a todas las dictaduras— son China, Rusia, Irán, Cuba. “Para ellos una dictadura no es una anomalía, es parte de un statu quo”.
Occidente debe activarse
Para estos actores externos, la dictadura de Maduro solamente podría perderse si Occidente, lo que se conoce como la comunidad internacional, insiste en recuperar la democracia venezolana. En este sentido, sostiene que los resultados de las elecciones de Estados Unidos serán determinantes, para poder vislumbrar cuál será el resultado de la crisis política venezolana generada tras el fraude electoral del 28 de julio.
Bula Escobar cree que tendría que librarse un nuevo frente bélico en el que la dictadura de Maduro y el robo que hizo de las elecciones, contaría con el respaldo de China y Rusia. Alerta que por muchas evidencias del fraude que existan —las actas—, este bloque no se arriesgara a perder el terreno que han ganado en Venezuela. “La inversión que por años han hecho China, Rusia, Irán, inclusive Turquía, además del crimen organizado, no es algo que estén dispuestos a abandonar (…) No, ellos no van a perder ese terreno y menos en esta coyuntura”.
Esto, advierte, es algo que no ocurrirá, incluso si Nicolás Maduro en algún momento se les vuelve “algo más negativo que positivo”. De ocurrir, no darán paso a la transición que la oposición venezolana espera que ocurra, sino que procurarán darle continuidad a la dictadura con otro actor de su conveniencia. “El socialismo a nivel global se coge de las manos”, recuerda y por eso no hay que esperar que el gobierno español apoye a Edmundo González Urrutia más allá de otorgarle asilo político.
Subraya que China y Rusia se tomaron gran parte de América Latina, algunos de sus gobiernos son sus aliados, son los que determinan el rumbo de las políticas, tal como lo hacen en Ucrania y en Medio Oriente. “En Occidente obviamente hay una batalla que, claramente no va ganando (…) sobre todo con la desestructuración de los Estados Unidos”.
Dejar atrás la “visión parroquial” de la crisis
Para Omar Bula Escobar es fundamental dejar atrás la “visión parroquial” de la crisis venezolana y hacer un diagnóstico preciso de lo que ocurre en el país, “porque si uno no sabe cuál es la enfermedad y no sabe cuáles son todos sus síntomas, no se puede actuar en consecuencia para combatir la enfermedad con efectividad”.
No es suficiente la lucha interna que se libra en Venezuela, reitera al tiempo que alerta que, al abordar la problemática en toda su perspectiva geopolítica, hay que hacerlo con los pies bien puestos en la tierra. Por ejemplo, depositar las esperanzas de solución en la Corte Penal Internacional (CPI), es desconocer por completo la naturaleza del organismo.
“Las decisiones de la CPI de apolíticas no tienen absolutamente nada”, sentencia Bula Escobar y recuerda que el fiscal de dicha Corte “está en manos básicamente de Foro Económico Mundial. O sea que, por el momento, el que está mandando en Venezuela y en muchos de estos países, son ellos, son los grandes. No van a soltar sus pedazos. Su influencia va a seguir creciendo”.
El turno de Occidente terminó
Abordar el problema venezolano desde una perspectiva geopolítica es entender que los tiempos pasaron y que Occidente ya no domina en el mundo: “Ya occidente tuvo su turno”. El crecimiento económico y la preponderancia política está centrada ahora en Asia, en el Oriente. Incluso la población tiene mayor tamaño en el lado oriental. “De lado allá hay economías poderosas y el comercio y la economía se están centrando de ese lado, no de este lado”. La India es un buen ejemplo.
Omar Bula destaca que no se puede desconocer lo que pasa al otro lado del mundo ni a sus actores, así como “su incidencia sobre Venezuela, sobre Colombia, sobre nuestra región, la cual es fatal. Hay que reconocerlo”.
La preminencia china en áreas como la tecnología, por ejemplo, es determinante en el mundo globalizado que en la actualidad se promueve. “Si el mundo se interconectó tecnológica y socialmente, la cultura, también se internacionalizó, se globalizó, la política”.