El crimen organizado se ha instalado en Venezuela y hace vida común con el régimen chavista que ostenta el poder desde hace 20 años.
Por Maibort Petit
Esta tercera entrega sobre las organizaciones de la delincuencia organizada que operan en Venezuela y que, de acuerdo a un estudio se constituyen en 9 bloques que actúan en perfecta convivencia con la Fuerza Armada Nacional Bolivariana (FANB), las policías nacionales, regionales y municipales, así como otros organismos del estado.
Así lo señala el informe “Crimen organizado y corrupción en Venezuela: Un problema de Estado” elaborado por Transparencia Venezuela, el cual hace un recuento acerca de las organizaciones criminales, los tipos delitos, situación regional en varios estados, el papel de la Fuerza Armada Nacional Bolivariana (FANB), además de presentar una serie de iniciativas para combatir el problema y darle solución.
Séptimo bloque: Traficantes de drogas
Durante los 20 años en los que el chavismo ha gobernado en Venezuela, el país se ha convertido en uno de los puentes —aéreo y marítimo— del narcotráfico más importantes del planeta.
Mientras Colombia produce el 70 por ciento de la cocaína que se consume en el mundo, Venezuela por su ubicación estratégica, es ruta de traslado de drogas hacia los grandes mercados de consumidores, a saber, Norteamérica y Europa.
Refiere el informe que la ruta más importante para traficar cocaína por vía aérea desde Venezuela es la que utiliza las pistas clandestinas de los estados Apure, Zulia y Falcón desde donde parten avionetas con rumbo a Centroamérica, especialmente a Honduras. Estos cargamentos pasan hacia México y desde allí a Estados Unidos.
Agrega el reporte que la ONU ha certificado que muchos vuelos no documentados salieron de Venezuela y “todas las remesas aéreas clandestinas de cocaína detectadas en el África Occidental parecen haberse originado en la República Bolivariana de Venezuela”. Igualmente, el organismo internacional señala que “la cocaína traficada a través de la República Bolivariana de Venezuela, rumbo a los Estados Unidos, suele salir por aire desde puntos cercanos a la frontera con Colombia con destinos en la República Dominicana, Honduras y otros países del Caribe y América Central, así como en México”.
Incluso el Aeropuerto Internacional Simón Bolívar ha sido usado para transportar droga, lo que evidencia la participación del sector militar en el negocio, puesto que ellos custodian la terminal aérea.
Entretanto, por vía marítima, los cargamentos de droga se trafican, principalmente con rumbo a Europa. La ONU comprobó que las grandes remesas transportadas por mar se llevan a cabo cada vez en mayor medida, a través de Venezuela. Se informa que la cocaína incautada desde 2004, “se comprobó que el 41% provenía de la República Bolivariana de Venezuela”.
El informe de Transparencia Venezuela hace mención al caso del conocido narcotraficante venezolano, Walid Makled, “quien tenía una concesión en el mayor complejo portuario de Venezuela, ubicado en la localidad de Puerto Cabello, ubicado en el estado Carabobo. El permiso fue obtenido, según su propio testimonio, por medio de sobornos, lo que le brindaba grandes facilidades para enviar cargamentos de droga a través de barcos. Su familia también llegó a ser dueña de la compañía aérea Aeropostal, una de las más importantes del país”.
Las amplias costas venezolanas son punto de partida a diario de pequeñas embarcaciones cargadas de droga hacia islas del Caribe.
En 2005 el gobierno de Hugo Chávez rompió los acuerdos de cooperación que existían con la DEA y con la policía británica, los cuales habían permitido duros golpes contra los traficantes de drogas en Venezuela. Ese mismo año, fue destituida Mildred Camero del órgano rector de la lucha contra el narcotráfico, quien calificó al gobierno de ser un “narcorégimen”.
Se advierte que no sería ilógico pensar que el gran negocio del narcotráfico en Venezuela haya avanzado sin la participación de funcionarios corruptos e inescrupulosos.
En este sentido, se hace referencia a la presunta existencia del “Cártel de los Soles”, conformado por oficiales de la Fuerza Armada Nacional que mantienen el control de puestos fronterizos, puertos, aeropuertos y otras instituciones del Estado.
Octavo bloque: FARC y ELN
Transparencia Venezuela sostiene en su informe que las Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia (FARC) y el Ejército de Liberación Nacional (ELN), mantienen actividad delictiva y controlan territorio en Venezuela.
En la incursión de estas dos guerrillas colombiana en Venezuela, el informe cita como factores primordiales, primero, la afinidad ideológica del régimen con estas agrupaciones delictivas y, segundo, el combate que se le da en Colombia a estos grupos, lo que las ha obligado a replegarse al territorio venezolano como aliviadero, refugio y lugar de operaciones.
Se afirma que Venezuela se convirtió en los últimos años en un bastión fundamental de los disidentes de las FARC que no se acogieron al proceso de pacificación y que en tierras gobernadas por el chavismo encontraron corredores de narcotráfico clave y lugares para huir de la presión de las fuerzas de seguridad colombianas.
Recuerda el informe que, a su llegada al poder, Hugo Chávez se declaró neutral en el conflicto colombiano, lo que en derecho internacional público significó que reconocía a las FARC y al ELN como beligerantes.
Este respaldo hacia las FARC ha continuado con Nicolás Maduro, quien, en 2019, le dio la bienvenida a “Iván Márquez y Jesús Santrich son bienvenidos a Venezuela y al Foro de Sao Paulo cuando quieran venir, son dos líderes de paz (…). La FARC es bienvenida a Venezuela cuando quiera venir”.
Se alerta de que la relación del régimen venezolano con las FARC y otros grupos irregulares colombianos es fundamental para entender la magnitud del tráfico de drogas en el territorio nacional pues, como lo señala el Informe Mundial Sobre Drogas ONU 2017, “varias fuentes calculan que los ingresos anuales totales obtenidos de las drogas por las FARC ascienden a unos 1.000 millones de dólares”.
Se agrega en el reporte la falta de colaboración de Venezuela en el combate a estos grupos irregulares y cita las declaraciones del periodista e investigador, Javier Ignacio Mayorca, quien señaló que “el gobierno venezolano se ha negado en forma recurrente a perseguir a los miembros y colaboradores de las FARC que puedan estar en su territorio, aun cuando las autoridades colombianas han señalado periódicamente que disponen de información precisa para ubicarlos en el país”.
Sobre el Ejército de Liberación Nacional (ELN), el informe de Transparencia Venezuela dice que la presencia de este grupo en Venezuela se remonta a etapas anteriores a la llegada del chavismo al poder, pero su accionar se incrementó desde 1999, siendo tal vez en la actualidad el principal grupo colombiano que opera en el país.
Se cita a Insight Crime que estima que el ELN tendría presencia en 12 estados de Venezuela, a saber, Táchira, Zulia, Trujillo, Anzoátegui, Lara, Falcón, Amazonas, Barinas, Portuguesa, Guárico, Bolívar y Apure.
Precisa el informe que el ELN se vale del territorio de Apure como un escondite para sus líderes y para cometer distintos delitos.
En los estados Amazonas y Bolívar, el ELN se ha concentrado en el control de algunas minas del Arco Minero, donde participan de la actividad extractiva y la comercialización de minerales.
Las afinidades políticas del ELN con el chavismo no han impedido que este grupo terrorista ataque a las fuerzas de seguridad venezolanas, un hecho curioso tratándose de que el de Venezuela es un régimen militarista. El ELN abiertamente lleva a cabo en Venezuela acciones ligadas a la extorsión, el secuestro, el narcotráfico y la minería ilegal, entre otros, que claramente vulneran la soberanía nacional.
Noveno bloque: Bandas criminales “Bacrim”
Finalmente, el informe de Transparencia Venezuela hace referencia a la composición del noveno de los bloques del crimen organizado que operan en el país y en el cual se ubican las bandas criminales “Bacrim”.
Se apunta que el término “Bacrim” es un acrónimo surgido en Colombia para denominar a las bandas criminales que se formaron en la nación neogranadina después de la desmovilización de las Autodefensas Unidas de Colombia (AUC).
Se trata de grupos delictivos dedicados al narcotráfico, a la extorsión y al secuestro, entre otros delitos.
Según Transparencia Venezuela en el país, entre otras Bacrim, operan las Águilas Negras, los Rastrojos, los Urabeños, la Oficina de Envigado y el Clan del Golfo.
Se indica que las Bacrim se ubican, principalmente, en Táchira, Zulia y Apure, donde cobrar “vacunas” a comerciantes, ganaderos o industriales, aparte de practicar también el secuestro y el sicariato.
Con el cierre fronterizo, las Bacrim igualmente se dedican a controlar algunas trochas en las que les cobran a las personas para permitirles el paso a Colombia. También se dedican al contrabando de gasolina y de otros bienes.