Los desesperados intentos de Maduro en busca de inversiones con Álex Saab como agente

Entre los desesperados intentos de Maduro en busca de inversiones y con ello recursos que lo mantengan a flote, se vale de Álex Saab como ficha para alcanzarlo. El tenido como testaferro del dictador, ahora en el papel de presidente del Centro Internacional de Inversión Productiva (CIIP), anunció alianzas estratégicas con Bielorrusia que, para concretarse, requieren superar el escollo que representa la poca credibilidad del régimen venezolano.

Dibujar una imagen de Nicolás Maduro como figura indispensable para continuar el supuesto desarrollo económico iniciado durante su gestión, es el objetivo de estas diligencias. En este sentido, Saab invita a inversionistas a Venezuela, pero no logra vencer el inmenso obstáculo que es la falta de credibilidad del dictador y su equipo —el propio Álex Saab incluido— representan para ello.

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La imagen que se pretende vender

En su página web el CIIP se describe como “la Institución responsable de la captación y promoción de inversión nacional e internacional, con el objetivo de dinamizar el aparato productivo para el desarrollo económico y social del país”.

Entretanto en cada nota se insiste en presentar a Álex Saab “como el principal promotor de la inversión extranjera directa en Venezuela”, un país que “le da la bienvenida a todos los inversionistas nacionales y extranjeros que procuren aprovechar las bondades que nuestro país ofrece”.

El intento con Bielorrusia

En julio del presente año, representantes del régimen de Maduro y del gobierno de Bielorrusia se reunieron para “afianzar los lazos de cooperación entre ambas naciones” (1).

El canciller, Yván Gil, uno de los asistentes, dijo que el objetivo era “(…) establecer una agenda bilateral a largo plazo, en el contexto de una cooperación de alto nivel, que abarque la producción de alimentos, el comercio, la industria petroquímica y la reactivación de fábricas y maquinaria pesada” (2).

Recientemente, el 26 de agosto de 2024, Álex Saab y el embajador de Bielorrusia en Venezuela, Andrei Molchan, sostuvieron un encuentro para “impulsar la producción nacional para fomentar la exportación, destacando el potencial en sectores estratégicos como transporte, minería, industria, forestal, universitaria, turismo, salud, farmacéutica, vivienda, agricultura, petróleo y petroquímica y zonas económicas especiales” (3).

De esta manera quieren darles impulso a previos acuerdos de cooperación suscritos en noviembre de 2023, así como a los compromisos adquiridos por la Alta Comisión Conjunta para una asociación estratégica a largo plazo.

El contexto económico real

Álex Saab y el embajador de Bielorrusia en Venezuela, Andrei Molchan tratan de impulsar la cooperación entre ambos países.

Ahora bien, circunscribámonos a la realidad para darnos cuenta que el PIB de Bielorrusia, que en 2023 alcanzó los USD 67,5 mil millones. Hablamos, pues, de una cifra modesta en comparación con el de economías globales más grandes.

La economía bielorrusa, aunque presenta sectores industriales significativos, como la manufactura y los productos químicos, se enfrenta a una realidad económica que limita su impacto global. Su dependencia de Rusia, su principal socio comercial y proveedor de energía, así como las sanciones internacionales que lo aíslan, complican su capacidad para participar en acuerdos internacionales de manera efectiva.

Por su parte, Venezuela enfrenta una crisis económica profunda que afecta su estabilidad y capacidad para cumplir compromisos. Las sanciones internacionales también han limitado su capacidad para interactuar plenamente con el mercado global, creando un entorno de incertidumbre para posibles inversionistas.

La narrativa de Álex Saab

Alex Saab ha presentado los acuerdos como una oportunidad para revolucionar la economía venezolana mediante la cooperación con Bielorrusia. Según él, estos acuerdos se centran en impulsar la producción nacional y fomentar la exportación en sectores estratégicos.

En este sentido, e CIIP destaca insistentemente en la creación de un “ecosistema favorable” para simplificar trámites y atraer inversiones, con lo cual promete una nueva era de prosperidad para Venezuela.

Sin embargo, la retórica optimista de Saab contrasta con las realidades económicas y políticas que enfrentan ambos países. La promesa de un futuro prometedor se diluye en razón de las limitaciones económicas y las barreras impuestas por las sanciones. Al mismo tiempo, la inestabilidad política se suma al impacto real de estos acuerdos podría y los limita al extremo.

Desafíos para el éxito

Una serie de desafíos privan para que se pueda concretar el éxito de estas gestiones. Veamos:

Limitaciones económicas de Bielorrusia:

La economía bielorrusa —a pesar de sus esfuerzos en sectores industriales— carece del peso suficiente para hacer una diferencia significativa en el comercio global de Venezuela. Su capacidad para cumplir con los compromisos de los acuerdos y proporcionar una cooperación efectiva puede verse afectada por su tamaño y sus problemas económicos internos.

Sanciones internacionales:

Las sanciones que afectan tanto a Venezuela como a Bielorrusia, son un obstáculo importante. Estas sanciones restringen la capacidad de ambos países para participar en el comercio internacional y atraer inversiones extranjeras, lo que limita la efectividad de los acuerdos.

Crisis económica venezolana:

La crisis económica en Venezuela plantea serios problemas para el cumplimiento de los compromisos. La inestabilidad económica y política interna puede dificultar la implementación de los proyectos anunciados y afectar la capacidad del país para atraer inversión y fomentar la producción.

El optimismo no es suficiente

Aunque los acuerdos entre Venezuela y Bielorrusia anunciados por Álex Saab presentan una narrativa de optimismo y colaboración estratégica, las realidades económicas y políticas subyacentes plantean serios desafíos para su éxito.

Las limitaciones económicas de Bielorrusia, la crisis en Venezuela y las sanciones internacionales crean un panorama incierto que podría frenar el impacto positivo de estos acuerdos. A medida que el mundo observa, la pregunta crucial es si estas promesas podrán superar las barreras que enfrentan ambos países y realmente transformar sus economías como se ha prometido.

Saab invitó a los inversores bielorrusos y de todo el mundo a unirse al proyecto venezolano. “Estamos comprometidos a brindar todo el apoyo necesario a los inversionistas para que puedan alcanzar el éxito en nuestro país”. ¿Será suficiente con esta invitación?

Vea en Sin Filtros “Venezuela: un mes después del 28 de julio. La incertidumbre”

Fuentes consultadas:

1) Centro Internacional de Inversión Productiva. (16 de julio de 2024). “Autoridades de Bielorrusia y Venezuela afianzan lazos de cooperación”. Disponible en: https://www.ciip.com.ve/autoridades-de-bielorrusia-y-venezuela-afianzan-lazos-de-cooperacion/ ,

2) X. Yvan Gil. @yvangil. Disponible en:  https://x.com/yvangil/status/1812946119392907703?ref_src=twsrc%5Etfw%7Ctwcamp%5Etweetembed%7Ctwterm%5E1812946119392907703%7Ctwgr%5E90e0c8a90713134c21617d1182ba2c17cae29780%7Ctwcon%5Es1_&ref_url=https%3A%2F%2Fwww.ciip.com.ve%2Fautoridades-de-bielorrusia-y-venezuela-afianzan-lazos-de-cooperacion%2F

3) Centro Internacional de Inversión Productiva. (26 de agosto de 2024). “Venezuela y Bielorrusia consolidan alianzas estratégicas para la producción nacional y la exportación”. Disponible en: https://www.ciip.com.ve/venezuela-y-bielorrusia-consolidan-alianzas-estrategicas-para-el-futuro-sostenible/

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